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07/07/2017 13:22:47 - Gaceta del Taxi

La caída de Uber, según The New York Times


Dos grandes medios estadounidenses, The New York Times y la revista Time hablan en sendos artículos de “la caída” de Uber y de cómo esta situación debería despertar Silicon Valley. Ese lugar en el que las empresas emergentes, o start-ups en el argot tecnológico, comienzan su viaje hacia el estrellato y que a día de hoy se encuentra en entredicho.

 

Los artículos de ambos medios reflejan que la gestión llevada por el ya ex CEO de la compañía, Travis Kalanick ha sido la principal causa de su salida de la empresa. Una empresa que, no olvidemos, es una de las más valoradas dentro de Silicon Valley. Con un valor de 68.000 millones de dólares, sus inversores privados incluyen desde grandes firmas como BlackRock o el fondo de inversión público de Arabia Saudí a pequeños accionistas.

 

Es precisamente la dimisión de Kalanick como CEO uno de los puntos que analiza Ferhad Manjoo en The New York Times. En su opinión, además de creador de la app, “que creó Uber a su imagen y semejanza”, tampoco su equipo ha sabido estar a la altura de las circunstancias. “Los inversores de Silicon Valley han desarrollado una cultura en la que los fundadores de las compañías reciben carta blanca”, señala. Y claro, sin tener que dar demasiadas explicaciones y con diferentes fórmulas de conseguir dinero en grandes cantidades por parte de inversores privados, Uber ha crecido de forma desproporcionada sin haber sido sometida a ningún escrutinio público. “Una mala estrategia”, tal y como califica el propio Manjoo.

 

No ha sido lo único que ha pesado a la hora de calificar a Uber de “fail” o fracaso. Acompañando a esta posible mala estrategia en el ámbito económico, Uber, asegura este autor, también lleva arrastrando meses de escándalos. Desde misoginia hasta escándalos sexuales, pasando por problemas laborales. Todo ello aireado en los medios de comunicación desde los inicios a la compañía. Porque la cultura del escándalo, no lo neguemos, también ha formado parte del ADN de Uber desde que echó a andar. 

 

De acuerdo con el artículo de la revista Time, que llevó en su portada de Junio el sugerente título “La caída de Uber: El terremoto en la start-up más valiosa del mundo es una llamada de atención para Silicon Valley”, sus autores, Katy Steinmetz y Matt Vella señalan que Uber nació en el conflicto. “Todo en esta compañía ha sido tomado como una batalla”. La firma siempre ha demostrado su agresividad, en una guerra de buenos- “Uber y su rechazo a las leyes para atraer usuarios”- contra malos- “los monopolios que algunas compañías de taxi mantenían en muchas ciudades”. Porque, y esta es otra de las claves que da la revista Time en su análisis sobre Uber, la compañía, al igual que otras colegas de rango, cree estar destinada a hacer del mundo un lugar mejor y, para ello, no dudan en romper con las leyes establecidas y crear unas a su medida. 

 

“La industria tecnológica”, aseguran en este artículo Steinmetz y Vella “subsiste en un círculo de confianza con el usuario, que todo se lo perdona a cambio de estar constantemente actualizando la tecnología que se le ofrece, además, de forma gratuita”. Es decir, hacemos la vista gorda ante las infracciones porque entendemos que, tal y como nos venden, el mundo será un lugar mejor gracias a sus aplicaciones o tecnologías. Para conseguir este compromiso con la ciudadanía, las empresas de Silicon Valley, explica el artículo, están obligadas a crecer. “No simplemente un crecimiento razonable, sino híper acelerado. Haz cualquier cosa para crecer. Una actitud que, naturalmente, ocasiona múltiples problemas”. 

 

El problema se plantea, tal y como reflejan los autores del artículo, cuando hablamos de tecnologías que van más allá del último modelo de teléfono o de cómo debe ser el servicio de taxi del futuro. No debemos perder de vista que la próxima ola tecnológica afectará a temas mucho más trascendentales. Hablamos de la inteligencia artificial, la ingeniería genética o la nanotecnología. Y esto hace plantearse a los autores, y a nosotros con ellos, si las empresas actúan de la misma manera, intentando cambiar las normas, reflexionando después…¿qué futuro nos espera? Los consumidores necesitamos ser capaces de confiar en nuestros proveedores de tecnología, saber que respetarán las leyes y que no se las saltarán siempre que nos les convengan.

 

La aparente caída de Uber, que en estos momentos trata de recomponerse tras la salida de Kalanick, puede ser un aviso a navegantes para Silicon Valley y todas las start-ups que se encuentran trabajando en las tecnologías del futuro. Y es posible que estemos ante el nacimiento de un nuevo concepto tecnológico, la disrupción responsable, que incluiría, entre otras cuestiones, la “inclusión y diversidad”.

 

Desde este lado del “charco” estaremos pendientes de esta evolución y de si, efectivamente, se atisba un cambio en el paradigma tecnológico menos agresivo y disruptivo.







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