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Más de 20 horas de protesta en Portugal
Los taxistas han anunciado que mantendrán las protestas de forma “indefinida” hasta que el Gobierno contingente el número de vehículos que trabajan para Uber y Cabify, lo que está provocando el colpaso en la principal vía que conecta Lisboa con el aeropuerto. El sector y la administración no han llegado a ningún acuerdo tras varias horas de encuentro.
Aunque la decisión de los taxistas es continuar con la protesta, la Policía ha exigido que se retiren todos los vehículos que, a estas horas, bloquean la autopista, y han advertido de que en caso de no hacerlo serán retirados por las autoridades. No obstante, a pesar de la amenaza, los taxistas se mantienen firmes y no tienen intención de mover sus taxis de la Rotunda do Relógio, donde se encuentran parados tras no haber llegado a ningún acuerdo con el Ministro do Ambiente.
Florencio Almeida, presidente de ANTRAL, la Asociación Nacional de Taxis, y su homólogo Carlos Ramos, de la Federación Portuguesa, pedían al Gobierno regular el acceso a la profesión de los conductores de estas plataformas, así como la contingentación de los vehículos que trabajan para ellas. “El sector no puede permitir que entren todos los vehículos que quieran sin ningún tipo de control”. Sin embargo, para Almeida “hay muchos millones en juego” y, sin querer mencionar a nadie, cree que hay políticos que, “pensando en su futuro”, han invertido en estas empresas.
Por su parte el ministro do Ambiente ha hablado de “divergencia profunda” a la hora de encontrar puntos en común, si bien mantiene abierta la voluntad de diálogo del gobierno. Joao Pedro Matos Fernandes insiste en que la actividad económica “privada” de las plataformas Uber y Cabify “no puede ser contingentada”, por lo que considera que la protesta debería continuar de acuerdo al plan autorizado, finalizando frente a la Asamblea de la República.
La protesta, a la que han acudido unos 4.000 taxistas de Portugal, según la Federación Portuguesa del Taxi, había transcurrido con tranquilidad en las primeras horas hasta que los taxistas han decidido parar en la Rotunda do Relógio, única vía de entrada y salida desde el aeropuerto luso. La decisión de parar, que no estaba prevista, ha sido motivada, según los propios profesionales, por la “provocación” de la Policía, que ha escoltado a los conductores de Uber. Según los propios responsables de la manifestación, las fuerzas de seguridad se habían comprometido a no dejarles cargar en el aeropuerto.
Para Carlos Ramos, de la Federación, el gran despliegue policial es exagerado y se ha mostrado comprensivo con la “exaltación” de los compañeros a quienes ha pedido tranquilidad. Durante la jornada de protestas se han registrado varios incidentes y la Policía se ha visto obligada a actuar. Al menos 3 personas han sido detenidas.
Más regulación
Los taxistas se quejan de que estas empresas “se creen que están por encima de la ley” y han recordado que los profesionales del taxi cumplen con una serie de requisitos para ser conductores, así como con una serie de obligaciones fiscales. El primer ministro portugués, Antonio Costa, que se encuentra en China en estos momentos, justifica la regulación de las plataformas tecnológicas y cree que "es importante regular una actividad que existe y que, aunque no fuera regulada, continuaría funcionando".
Por su parte, desde Uber, el director general de la marca en Portugal, Rui Bento, cree que "es necesario regular la actividad del transporte, ya que la actual normativa cuenta con 80 años". Bento ha aprovechado para pedir paciencia a los usuarios por las molestias que se puedan generar y ha calificado de "difícil" la situación que se está viviendo en Lisboa.
