25.000 calles y 20.000 puntos de interés. Estas son algunas de las cifras del que se considera el examen más difícil del mundo para ser taxista. Hablamos de The Knowledge, el test que permite a sus aspirantes conducir un “black cab” en Londres.
Más datos: de media, los candidatos le dedican unas 4.000 horas de estudio al año y el 70% de los que se presentan no consiguen superarlo. Es, sin duda, un trabajo a tiempo completo en el que invierten, de media, unos cuatro años. Algunos incluso más, porque dejarlo siempre es difícil. “Solo lo dejan aquellos que son conscientes de cuánto tiempo llevan ya invertido”.
La complejidad y el viaje emocional que supone para los aspirantes superar esta prueba es tan interesante que hasta la televisión británica, primero la BBC en 1996 y dos décadas después Channel4, le han dedicado sendos documentales. Este último, emitido en 2017, sigue el día a día de varios candidatos y de cómo se vive prepararse para una prueba que solo supera el 30% del total de candidatos que se presenta al año.
Porque tan emblemáticos son los taxis londinenses como lo son sus profesionales, que pasan una media de cuatro años preparándose para superar los siete pasos que se precisan para ser taxista y que entrañan varios cara a cara con examinadores en los que demuestran, solo con su memoria, lo bien que se conocen la ciudad para la que quieren trabajar.
Sin ningún mapa de soporte, y tras haberse estudiado el Blue Book, los candidatos se enfrentan a diferentes pruebas en las que, además de demostrar su conocimiento, tienen que luchar también contra sus nervios, que provocan los equívocos en numerosas ocasiones, retrasando alcanzar la meta: la ansiada placa verde.
De los 7.000 aspirantes que lo intentan año tras año, apenas 1.320 consiguen pasar todas las pruebas. Unos 110 al mes, frente a los 1.800 conductores de “mini cabs” incluido Uber, que firman un contrato todos los meses en la ciudad de Londres.
Precisamente el aumento de competencia es una de las cuestiones que, aseguran en el documental, hace cobrar más importancia a este tipo de pruebas. “Saber llevar a un cliente del punto A al B de la forma más rápida posible es lo que buscan los pasajeros que suben a un taxi londinense”. Lo dice el señor Gunning, uno de los encargados de examinar día tras día a los cientos de aspirantes que acuden a sus oficinas.
No todo el que se pone al volante y decide llevar pasajeros es capaz de visualizar el mapa de Londres en su mente y trazar una ruta perfecta sin necesidad de soporte tecnológico. Porque The Knowledge es exactamente esto: situar dos puntos de interés al azar en el mapa de una ciudad de más de 1.500 km2 y trazar en tu cabeza la ruta más rápida, nombrando, sin ninguna duda, todas las calles por las que debe transcurrir tu taxi.
Un primer paso de siete que es, también, uno de los más difíciles. “Los candidatos que vienen por primera vez vienen asustados por lo desconocido, además de por la prueba en sí”. “La tensión se puede cortar con un cuchillo”, afirma ante la cámara otra de las examinadoras.
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