Gaceta del Taxi.- ¿Cómo calificaría el incidente a finales de mayo cuando se negó la entrada al Consell del Taxi al presidente de Unalt, entre otros a petición suya, como presidente del STAC?
Luis Berbel.- A mi se me informó personalmente de la intervención de un asesor durante el punto referente al impacto en el sector del taxi de la Ley Ómnibus, un hecho que me pareció bien, no le vi ningún problema. Lo que no sabíamos eran las intenciones del presidente de Unalt ni de su abogado de quedarse durante toda la sesión del Consell.
Aunque dicho punto se suponía que iba a tratarse al final, terminó ocupando un puesto intermedio en el orden del día, por lo que en vez de salirse de la sala, decidieron quedarse, tanto el abogado como el presidente de Unalt, algo que me sorprendió. Al percatarme, solicité que ya que no eran miembros del Consell, abandonaran la sala puesto que no les correspondía estar allí. Desde mi punto de vista, fue una falta de respeto y también, por qué no, una provocación al sector.
G.T.- Desde Cataluña se mantiene que la Ley Ómnibus no afectará al taxi, ¿por qué cree que desde otras asociaciones y comunidades autónomas se insiste tanto en el peligro que esta ley supone para el sector?
L.B.- Siguiendo con la Ley Ómnibus, la CTE, y el STAC como institución perteneciente a dicha asociación nacional, siempre se han mantenido en esta línea, insistiendo en que dicha ley no afectará al taxi ni a los vehículos de alquiler con conductor. No existe ningún tipo de desregulación al respecto.
Además, el Ministerio de Fomento, a través de una resolución de coordinación insistía en la inocuidad de la Ley Ómnibus y en su nula repercusión en el sector del taxi y de vehículos de alquiler con conductor. Concretamente, aseguraba que las modificaciones introducidas en la LOTT por el artículo 21 de la esta ley en nada afectan al régimen jurídico de la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor.
En mi opinión, mantienen esta postura para justificar la manifestación celebrada en Madrid en el mes de diciembre, aunque son ellos quienes deben dar las explicaciones oportunas de por qué mantienen esta postura, pese a que ha quedado claro que el taxi no se va a ver perjudicado por esta Ley. Además, por si queda algún tipo de duda al respecto, se van a hacer una serie de alegaciones en el ROTT que van a proteger aún más al taxi. La CTE ya las ha presentado y, según tengo entendido, la Unalt, al parecer no.
La crisis, el mayor problema
G.T.- ¿Cuáles han sido los principales problemas a los que se ha tenido que enfrentar desde que es presidente?
L.B.- El gran problema al que nos estamos teniendo que enfrentar es la crisis. Una situación grave que lleva dos años afectando duramente al sector. Aunque es difícil evaluar en cifras cómo ha afectado esta grave situación económica al sector, nosotros manejamos una caída del 35% en la recaudación diurna y en torno al 40% por las noches. Hay que tener en cuenta que el consumo interno ha bajado y los usuarios suelen prescindir de un transporte público que no es de primera necesidad, como es el caso del taxi.
Además de la crisis, estamos trabajando a nivel autonómico para que los servicios sanitarios los podamos cubrir nosotros en mayor medida. Actualmente sólo hay tres zonas de Cataluña que hacen este tipo de servicios. Otro problema que nos preocupa es el buen funcionamiento del sistema de emergencia 112, ya que para los taxistas del Área Metropolitana es obligatoria su instalación.
G.T.- ¿Qué medidas cree que deberían tomarse para frenar los efectos de la crisis?
L.B.- Desde el STAC hemos propuestos diferentes alternativas para tratar de paliar esta situación y hemos planteado diferentes iniciativas en esta línea. Para nosotros, la más importante y la más necesaria, es contingentar los coches a doble turno. Creemos que si bien se deberían respetar los coches a doble turno hasta la fecha de aprobación de esta medida, a partir de ahí, tendríamos que apostar por la política de un coche un conductor. Sin embargo, desde la administración pública ya se nos ha contestado indicándonos que la actual ley del taxi no tiene la base jurídica necesaria para tomar este tipo de medidas, por lo que desde el sindicato estamos trabajando en la modificación de la Ley del Taxi, para que se pueda asumir este tipo de medidas. Esa ley no es la ley del STAC. Por ejemplo, creemos que debería volver a reflejarse la dedicación exclusiva al taxi. También, que se regule la contratación a tiempo completo de los trabajadores.
Endurecer las pruebas de acceso
G.T.- ¿Cree que debería endurecerse el acceso a la profesión ante el aumento de la demanda para ser taxista?
L.B.- Si. Desde el STAC hemos solicitado que se endurezca el acceso a la profesión. Hemos visto como de manera paulatina se ha ido perdiendo la dedicación exclusiva al taxi, lo que lleva implícito un deterioro del servicio. Tenemos que recuperar la profesionalidad dentro del sector. Hemos podido observar como en muchos municipios pequeños hay un alarmante desabastecimiento de servicios de taxi de aquellos que, teniendo una licencia perteneciente a dicha población, deciden ir a Barcelona o a otros municipios con más servicios.
Además, estamos en un sector en constante crecimiento y es necesario que se regule de una forma u otra. El sistema de acceso a la profesión debería cambiar. Tendrían que endurecerse las pruebas ya que hay muchos problemas, principalmente, por el idioma. Y esto repercute en un deterioro del servicio y por consiguiente, de la imagen del taxi.
Cada vez hay más inmigrantes que no controlan lo suficientemente bien el idioma y esto no deja de empobrecer la imagen del servicio. Es básico que los conductores conozcan a la perfección el castellano, que no sea necesario que el cliente les escriba en un papel dónde quieren ir y que, además, conozcan bien la ciudad.
Por otro lado, hay un exceso de convocatorias y deben adoptarse una serie de medidas para que esto no ocurra, aunque sea de manera provisional. No podemos hacer creer a quienes quieren acceder a la profesión que la crisis no afecta al sector. El pastel del taxi es el que hay y habría que mantenerlo, no propiciar que haya más bocas para repartir.
G.T.- La regulación horaria también ha centrado parte de la actualidad del sector. ¿Cuál es la opinión del Sindicat sobre la posibilidad de la regulación por turnos?
L.B.- Creemos que debería realizarse una regulación flexible, que no imponga a un taxista trabajar de mañana o de tarde, sino que, siguiendo un horario efectivo de 12 horas para los coches que estén trabajados por un único conductor y de 16 para quienes tengan dos conductores, decidan trabajar de una u otra forma, ya que a día de hoy, cada uno se ha marcado su propio ritmo de vida y tratar de cambiarlo sería muy complicado. Sin embargo, a pesar de nuestras intenciones, está siendo muy complicado llegar a un acuerdo. Nuestra idea sería alcanzar un modelo de regulación horaria similar al que ya existe en Bilbao. Si bien esta podría ser una solución, insistimos en la necesidad de contingentar los coches a doble turno.