Colgado de la ventanilla de un taxi. Así llegó un cliente que se negaba a pagar una carrera en Llano, Gijón, a pesar de haberla abonado en un primer momento.
Aunque el cliente entregó al taxista 10 euros, después le debió parecer que el precio del servicio, 5,80 euros, era excesiva, e intentó arrancar el billete de las manos al conductor. Para ello, introdujo su cuerpo por la ventanilla, momento que aprovechó el taxista para subirla y conducir, con las luces de emergencia dadas, hasta la comisaría más próxima.
De vuelta al punto de origen
También en Asturias, una mujer se negó a abonar el viaje de Gijón a Oviedo. Una vez en la capital, y al informar al taxista de que no pensaba pagar el servicio, el taxista decidió dar la vuelta y devolver a la mujer al lugar en el que había sido recogida.
Imagen El Comercio