Una vez conocida la sentencia del TJUE cabe preguntarse qué consecuencias reales tendrá para el sector del taxi y su competencia. Resulta necesaria la pregunta principalmente porque la resolución conocida hoy se ha centrado en aclarar que UberPop es un servicio de transportes.
Como bien es sabido, este servicio está suspendido en España de forma provisional desde 2014 y todo hace indicar que tras esta sentencia europea quedará prohibido que cualquier conductor, con su vehículo propio y sin autorización, pueda realizar una actividad de transportes similar al taxi.
Pero, ¿y qué pasa con el actual servicio que prestan Uber o Cabify mediante autorizaciones de vehículos de alquiler con conductor? La pregunta es importante, dado que según el texto del Tribunal, toda empresa de transportes o de intermediación inherente ligada al traslado de pasajeros, como pudieran ser las dos mencionadas, debe regirse por las leyes de transportes de los países.
El debate debe centrarse entonces en porqué estas plataformas estarían actuando como intermediarios cuando en realidad deberían hacerlo de acuerdo a la legislación de transportes, ya que según se desprende de la sentencia, la actividad de estas empresas no consiste en la intermediación sin más, sino que facilitan el transporte y están “indisociablemente” ligados a él.
Europa ha dejado claro que establecer un precio máximo, recibir el precio del cliente para después abonar una parte al conductor, así como ejercer un control sobre la calidad de los vehículos y sobre el comportamiento de los conductores, no pueden ser consideradas actividades de intermediación, sino actividades “integradas en un servicio global cuyo elemento principal es un servicio de transporte”.
De ser así, estas empresas podrían verse obligadas a crear un vinculo directo con el conductor, que pasaría a ser trabajador propio, y estas plataformas dejarían de disfrutar de ciertas ventajas de otras leyes menos restrictivas que la de transporte. Por otro lado, los usuarios también podrían encontrar una mayor protección, al saber de primera mano que la empresa a la que solicitaron el servicio, es efectivamente la empresa que lo presta.
Por lo tanto, el taxi deberá estudiar ahora si es viable jurídicamente hacer más grande el ámbito de aplicación de esta sentencia y que no se limite en prohibir un servicio como UberPop con coches particulares, sino que también afecte a plataformas supuestamente intermediarias en el campo de las VTC.