Carrera de larga distancia

Por Germán Ubillos,

Premio Nacional de Teatro

 

La Gaceta del Taxi cumple en papel su número 250, lo que supone al ser una revista mensual más de 23 años ininterrumpidos informando. No desde el principio, pero sí desde hace muchos de esos años he sido colaborador habitual de sus páginas, por tanto hemos vivido todos a la vez eso tan maravilloso que supone ser testigo de una época a los largo de la cual han cambiado muchas cosas y La Gaceta, como la llamamos coloquialmente todos, ha sido algo así como una cámara de cine con un criterio propio y objetivo que ha ido acercando a sus lectores una amplia realidad más allá del propio taxi,  a través de todas sus secciones dirigidas con fino criterio y mirada objetiva por su editora y amiga mía desde hace todo ese tiempo. Soy testigo de privilegio del esfuerzo y la constancia que supone sacar adelante mes a mes una publicación de este tipo, y llegar a ser modélica y completamente libre en relación con cualquier otro tipo de presión o de dependencia financiera.

 

Es por esto que La Gaceta del Taxi se ha transformado en una revista de referencia, de prestigio, de excelente calidad dentro y fuera del sector, y de obligada lectura para todos cuantos de verdad quieran estar bien informados. Me gustaría desde ese rincón que he venido ocupando hace tantos años, con esa foto en color que han visto machaconamente ustedes, desde entonces, dar la enhorabuena a su editora Pilar G. Matorra.

 

Hemos vivido desde este medio los cambios sufridos en la capital, en España, y en el mundo, la lucha cotidiana por servir la información más fidedigna, la crisis económica global que hace ya más de una década ha obligado a cerrar tantas y tantas empresas y arruinado tantas vidas y tantos presentes y futuros, que han afectado sobre todo a las gentes más jóvenes que se han visto obligadas a perder sus trabajos, a dejar de pagar sus hipotecas e ir a vivir de nuevo con sus padres o con los abuelos, y en el peor de los casos de esos jóvenes y no tan jóvenes que se han visto obligados a emigrar a otros países del extranjero para poder costearse la vida. Este quizá sea uno de los males más grandes sobre todo tratándose de una de las generaciones mejor preparadas de nuestra historia.

 

No ha sido así para La Gaceta del Taxi que ha sobrevivido y se ha fortalecido si cabe con esta hecatombe, así como Pasajero Vip su segunda publicación,  bilingüe y de ocio pensada para el usuario del taxi.  Y que, si se me permite, a la que los taxistas deberían prestar más atención, porque es un regalo para los sentidos digno de ser disfrutado por el usuario.  He sido testigo de privilegio de momentos duros, difíciles o de una competencia desleal por parte de otras publicaciones, pero también he de decir que lo he sido del bien hacer, de la templanza, de la fortaleza, del equilibrio de su editora y su pequeña redacción.

 

A ella quiero hacerles llegar desde aquí mi más estrecha y emocionada felicitación, a los redactores y diseñadores durante tantos años, y a todos los queridos lectores que han tenido la  suerte enorme de gozar y de seguir recibiendo la información puntual y la calidad periodística, literaria y de edición, impresa y online, de un medio tan esencial para el sector como La Gaceta del Taxi a la que deseo un futuro largo y prometedor.