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24/01/2020 - Gaceta del Taxi

China, donde la copia se come al original


Conseguir un taxi en China es harto difícil. A pesar de que en la capital, Beijing, hay censadas más de 66.000 licencias, no siempre resulta fácil poder utilizar uno. Solo en la costera ciudad de Shangai viven más de 24 millones de personas de los más de 1.300 millones censados en China. Por sus calles circulan más de 50.000 taxis legales las veinticuatro horas del día. Cifras que distan mucho de permitir un servicio todo lo óptimo que se requeriría para dos de las ciudades más importantes de Asia y que propiciaron en 2015 el desembarco de la gran plataforma del transporte Uber. Sin embargo, el gigante estadounidense no contó con que su principal competidor, DiDi, no se lo iba a poner nada fácil.

 

Esta app china, creada en 2012 a imagen y semejanza de Uber, acabó comprando la división de Uber en agosto de 2016 por 35.000 millones de dólares. Una jugada maestra que ha repetido en diferentes ocasiones y con otras plataformas como Grab, Lyft, Ola, 99 o Bolt (Taxify) con el objetivo de consolidar su posición en el mercado y, en algunos casos, lograr iniciar sus operaciones en otros países. La empresa ya ha anunciado su interés en operar en diversas ciudades de México, además de en Japón, Australia, Chile o Colombia.

 

Pero esta pasión por las apps en China se extrapola a sus ciudadanos. Según diferentes estadísticas, más de 150 millones de chinos usan una aplicación para pedir un taxi. Una gran demanda que ha propiciado que cada vez sean más los profesionales que optan por ofertar sus servicios con estas aplicaciones para conseguir más carreras. Y es este precisamente uno de los motivos por el que cada vez es más difícil parar un taxi en la calle.

 

El gesto de levantar la mano cuando se acerca un taxi con la capilla en verde ya no significa parar un taxi. En muchas ocasiones, explican personas que viven en Beijing, el vehículo pasa de largo sin siquiera mirar al usuario. Algunos, los menos, miran al cliente y niegan con la mano para indicar que no le van a coger. En hora punta o cuando llueve, las posibilidades de conseguir un taxi es misión imposible. Como decíamos, la aparición de la app DiDi ha supuesto un revolucionario cambio en el sector del taxi que, sin embargo, va más allá de él. Porque una de sus novedades es que los usuarios pueden contratar mucho más que un taxi.

 

Ya sea por estrategia frente a otras alternativas o por comodidad para sus usuarios, estos pueden llamar a un taxi tradicional o contratar los servicios de varios tipos de vehículos privados: desde el 'Express', más económico, hasta el 'Luxe', compuesto por automóviles de alta gama. Los primeros se pagan según lo que marca el taxímetro, ya sea con dinero en efectivo, utilizando la tarjeta sin contacto de transporte urbano, o a través del móvil; los segundos solo se pueden abonar mediante los servicios de pago electrónico.

 

Además, la aplicación permite, desde finales de 2017, su descarga en inglés. Una novedad que ha facilitado, y mucho, la vida de los turistas y extranjeros residentes en China. Porque a pesar de vivir en la era de la globalización, el 95% de los taxistas solo habla chino.

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