Dentro de unos años, cuando Cielo sea más consciente del mundo que le rodea, estará agradecida en la distancia de lo solidarios que fueron en su día un grupo de taxistas madrileños cuando ella más lo necesitaba. Romaira, madre de esta bebé que nació con una malformación congénita en los pies que le está causando importantes problemas en sus primeros meses de vida, se dejó olvidados en un taxi los zapatos ortopédicos que necesita su hija para ir corrigiendo poco a poco dicha malformación.
La noticia de este olvido llegó hasta David Sánchez, taxista madrileño desde hace ocho años y que durante el embarazo de Romaira le trasladó en varias ocasiones al médico en su taxi. Una vez se enteró de la noticia, David rápidamente se puso manos a la obra para intentar recuperar estas ortopedias, las cuales tienen un valor económico elevado, y se lo fue comunicando a su grupo de amigos y amigas taxistas más cercanos. Estos taxistas, a su vez, fueron informando de la pérdida por redes sociales para dar mayor dimensión y que la información llegase al mayor número de personas posibles para ver si era posible recuperar los zapatos.
Sin embargo, pasaban las horas y no llegaba ninguna comunicación sobre el lugar donde se encontraba este especial calzado. Fue en ese momento cuando los taxistas decidieron dar un paso más y organizar una colecta para comprar ellos mismos las ortopedias y entregárselas a la madre de Cielo, que para más complicación se encuentra en situación de desempleo y no podía hacer frente a la compra de unos nuevos zapatos, debiendo aún además el importe del calzado que olvidó en el taxi.
De la noticia de la pérdida de los zapatos también se enteró Mari Ángeles Pizarro, más conocida por sus compañeros como “Angy”. Esta taxista madrileña, que como ella mismo dice es “experta” en organizar acciones para ayudar a los demás, pensó también que lo mejor, dado que no había novedades ni nadie sabía dónde se encontraban los zapatos, era que los taxistas aportasen un dinero cada uno y se lo entregasen a la madre de la bebé.
“Se trata de un calzado caro y que tiene que renovar cada seis meses”, explican los dos taxistas, conscientes de lo necesarios que son estos zapatos para la bebé que ya ha tenido que someterse a una operación en el talón de Aquiles. “Los zapatos son una botas abiertas que van con una media especial para que no roce el pie, y llevan unas tuercas que hacen que según pase el tiempo tenga que ir graduándolas para que la bota vaya obligando al pie a coger una forma normal para poder caminar”, nos indica Angy.
Rápida reacción de los taxistas
Una vez decidieron iniciar la colecta, este grupo de taxistas pensó que Angy era la persona ideal que debía encargarse de ejecutarla tal y como así fue. Como ella misma nos cuenta, en apenas 15 minutos desde que inició la colecta ya tenía compañeros comunicándole que querían participar.
“La verdad es que la respuesta de los compañeros de parada en parada fue muy buena. Había alguno que te daba más de lo que habíamos acordado y otros que te decían que querían participar aún con una menor cantidad porque no podían más”, explica Angy. “Hubo compañeros que estaban librando, en ERTE, o incluso de vacaciones, y que me escribieron diciendo que querían colaborar”.
Finalmente, y en apenas 48 horas, los taxistas consiguieron recaudar 738 euros para que Cielo pudiera disponer de su calzado especial en el menor tiempo posible. Fueron un total de 94 compañeros los que se sumaron a esta bonita iniciativa demostrando una vez más el carácter más humano del colectivo del taxi.
“Le dimos a la madre de la bebé 500 euros”, asegura Angy, ya que es el precio con el que cerró David la compra de los nuevos zapatos con el dueño de la ortopedia. “En un primer momento llamé a la madre para decirle que encargase los zapatos a la ortopedia que íbamos a conseguir el dinero”, asegura David, que reconoce que la mujer se puso a llorar cuando supo la noticia de la emoción que suponía.
Sin embargo, explica el taxista, desde la ortopedia informaron que no podrían encargar los zapatos hasta que no se abonase el dinero. “Me encargué en hablar con la tienda por si era necesario que adelantase yo el dinero, pero finalmente juntamos el montante y a los dos o tres días fuimos a abonar el importe”.
Dos días después de pagar el precio de los zapatos especiales para la niña, los taxistas acompañaron también a Romaira hasta la tienda para recogerlos. Al acto acudió también Matías, reconocido taxista madrileño jubilado que no se cansa de participar en cualquier acto solidario en el que esté presente el sector. También participaron activamente en la colecta, y así lo reconoce Angy, un grupo de mujeres taxistas formado por María Eugenia, Maite, Maria Argentina y Toni.
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