De 100 a 90 kilómetros por hora. Esa es la pretensión del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien “tiene bastante claro” que este descenso pues estas vías son las que registran una mayor siniestralidad.
Desde Interior están bastante convencidos de que reducir este límite mejorará la seguridad vial debido al alto índice de siniestralidad en comparación con otras vías, aunque también ha indicado que lo implementarán en el momento adecuado.
El titular de Interior afirmaba que “no parece razonable” que en las carreteras convencionales, sin separación entre los dos sentidos de la circulación, se pueda circular hasta a 100 kilómetros por hora, mientras que en una autovía, que cuenta con más medidas de seguridad, la velocidad máxima sea solo de 120.
Al respecto, parece que hay consenso con otros actores sociales. Fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) han aclarado a Europa Press la necesidad de establecer dicha bajada en todas las carreteras convencionales.
En cambio, sobre la posibilidad de aumentar la velocidad en autopistas (de 120 km/h a 130 km/h) la DGT aclara que sólo está 'en estudio' y no hay ningún proyecto para hacerlo a corto plazo. Este último hecho también lo confirma el ministro del Interior, que ha asegurado que lo está estudiando y que todavía no “hay una decisión tomada”.