La escasa oferta de vehículos que no están motorizados con diésel y la tardanza de los concesionaros a la hora de entregar coches ecológicos son los motivos principales por los que las asociaciones del taxi de Barcelona han solicitado una moratoria de un año para la aplicación de la prohibición de los diésel en el taxi.
El Pleno del Consell Metropolità de Barcelona aprobó una medida por la cual, a partir del 1 de enero de 2019, no se autorizarán modelos de vehículos con motorización diesel, con excepción de los vehículos adaptados al transporte de personas con movilidad reducida.
Pese a esta prohibición, los taxistas manifiestan que el sector está en una situación en la que la oferta de vehículos que no sean diesel “es muy escasa” y, por lo tanto, puede haber problemas para los profesionales a la hora de cambiar el vehículo.
Junto a la falta de oferta, los taxistas manifiestan que se están encontrando con que los concesionarios están dando unos plazos de entrega muy largos.
El taxi recuerda que ya está realizando un gran esfuerzo teniendo Barcelona y su Área Metropolitana una de las flotas más respetuosas con el medio ambiente. Un 36% de los vehículos no tienen motorización diesel.
Por todo esto, las asociaciones solicitan una moratoria de la aplicación de la medida de un año, con la posibilidad de prorrogarlo otro año más en función del abanico de posibilidades que tenga el sector para poder cambiar el coche que no sea diésel.