Con más de 500 licencias de taxis Yelllow Cab Co-Op tuvo que reestructurarse en 2016, cuando la feroz competencia de las plataformas de movilidad amenazaba su actividad. Aunque los medios de comunicación se hicieron eco de su bancarrota, esta no supuso el cierre de la compañía, sino un cambio en el enfoque que le permitiera no solo recuperar a los usuarios perdidos, sino ganar nuevos. Cinco años después, la compañía sigue operando, ha lanzando una nueva aplicación y presume de seguir siendo la mejor compañía de taxis porque es la que más flota pone a disposición de los usuarios.
La realidad del taxi de San Francisco es la realidad del sector en otros muchos países, como España. Pero también es verdad que hay ciertas particularidades en la ciudad californiana que han puesto en una situación muy delicada a los profesionales que trabajan en sus taxis día tras día.
En San Francisco hay unos 1.500 medallones, que son las placas metálicas que garantizan que ese taxi opera de forma legal. Conseguir uno de estos medallones era, desde 1978, gratuito, si bien es cierto que los aspirantes tenían que aguardar en una lista de espera, a veces de hasta diez años, para conseguir uno. En 2010, sin embargo el ayuntamiento de San Francisco decidió cambiar las normas del juego y comenzó a vender dichas autorizaciones a un precio fijo. Todos costarían 250.000 dólares (unos 207.000 euros al cambio actual), reportando cantidades ingentes de dinero al erario público. Muchos aspirantes a taxista decidieron solicitar préstamos para adquirir una de estas placas y así comenzar a trabajar en una profesión que hace una écada se veía próspera y sin amenazas.
Pero duró poco. La entrada de Uber, compañía también sanfranciscana, en el mercado del transporte de viajeros hizo saltar por los aires la prosperidad y desde abril de 2016, la Agencia Municipal de Transporte de San Francisco no ha vendido un medallón más.
Según datos publicados por San Francisco Weekly, la industria de taxis de esta ciudad californiana comprende 24 compañías de taxis, ocho servicios de despacho y aproximadamente 1.500 medallones, que se dividen en seis categorías distintas. Los conductores individuales a menudo pagan una "tarifa de entrada" diaria a las empresas conocidas como "esquemas de color" por los automóviles que poseen y administran. Históricamente, los medallones han sido muy codiciados y los propietarios a menudo los alquilan a empresas o a los 4.000 conductores actualmente activos, obteniendo una parte de las ganancias del viaje. Esta práctica, ahora mismo, es residual, ya que son pocas las personas interesadas en trabajar el taxi.
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