El taxi estudia denunciar el concurso de las rutas escolares

Como David ante Goliat, el taxi de Cantabria vuelve a enfrentarse al Gobierno regional por las dificultades que están encontrando los taxistas para acceder a las rutas escolares del curso 2020/2021. A pesar de que los taxistas presentaron las ofertas más económicas y ganaron las licitaciones, el curso comenzó y los taxistas no sabían nada de sus nuevas rutas. 

 

Nos lo cuenta uno de los afectados por esta situación, Joaquín Gómez, taxista de Corvera de Toranzo, quien nos asegura que tuvo que averiguar por su cuenta lo que estaba sucediendo con las rutas. “El curso empezó y yo no sabía nada de la ruta a la que había licitado y que había obtenido al presentar la oferta más baja. Entonces, decidí seguir una de las rutas con autobuses y ahí descubrí lo que había pasado, porque la conductora, que me conoce, me lo explicó”. 

 

Lo que había pasado es que su ruta “había desaparecido” porque el niño del pueblo al que Joaquín iba a llevar al colegio este año ya no estaba, también había “desaparecido”. Al resto de niños, le explica la conductora de la ruta de autobús, les llevan ellos en autobús. 

 

Unos días después de este encuentro, es la la Consejería la que decide ponerse en contacto con Joaquín y le piden que vuelva a licitar el mismo número de ruta, pero con otro recorrido. “Me mandan unos impresos que tengo que rellenar. Le digo al señor que esto es una tontería, porque yo ahora pongo aquí 100 euros, por ejemplo, y si hay una filtración, quien concurse contra mí lo va a poner más barato y me lo va a quitar. Yo licité en un pliego y si me lo daban el lunes lo hacía. El lunes no empecé, así que entiendo que el otro señor habrá quitado uno o dos céntimos y se habrá llevado la ruta. Yo he pedido que me expliquen la licitación del otro señor y todavía estoy esperando”, nos explica Joaquín, lamentándose. Porque además de perder esa ruta, ha perdido también la oportunidad de licitar a otra. “Eso es lo más crudo. Porque si yo sé que esta ruta ha desaparecido, pues opto a otra, porque los taxis podemos licitar a dos”, nos asegura. 

 

Tal y como nos contaba este taxista en el mes de agosto, las rutas escolares son las que permiten a los taxistas rurales vivir de su trabajo. Sin ellas la situación es muy grave. Y no es la primera vez que una cosa así, que desaparezcan niños y rutas, sucede. “Esto mismo me pasó hace dos años, cuando también desapareció la ruta de la Vega de Pas. En el momento que vieron que los taxis también íbamos a esa ruta desapareció. ¿Qué pasó con esos niños?, ¿se los comió el lobo?”. Por eso el año pasado decidieron impugnar el concurso, aunque el resultado no fue el deseado y finalmente se prorrogaron los contratos de 2018.

 

¿Y ahora qué?, le preguntamos a Joaquín. “Yo cuento con que tengo asignada esa ruta, porque he ganado la licitación, y diez días después me encuentro con un problema que nadie sabe explicarme cuál es”. “Hoy no he hecho ningún viaje”, nos indica a media mañana, cuando hablamos con él. “Estoy aquí, en un pueblo retirado atado de pies y manos, un lunes. Tenía organizada mi economía en torno a esta ruta, nos asegura. ¿De qué voy a pagar yo ahora mis impuesto? Si en los pueblos no hay nada”.

 

“Cuando me llama el presidente, y me dice que doy la oferta más baja , doy saltos de alegría porque sé que voy a poder vivir con esa ruta. Pero ahora mismo todo ha quedado truncado y la alternativa que te dan, volver a presentar una oferta con otro recorrido, es para callarte”.

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