Investigadores de la Universidad de Barcelona han llevado a cabo un estudio en el que han analizado el impacto que puede tener el taxi en las ciudades donde la implantación de una zona de bajas emisiones (ZBE) ya es una obligación. Según los analistas, el uso de servicios como el taxi puede ayudar a reducir la compra de vehículos privados hasta un 3%, disminuir hasta un 7% la congestión en las ciudades, y reducir hasta un 6% las emisiones contaminantes.
En nuestro país hay implantadas ZBE en 14 ciudades, pero en los próximos meses deberán establecerse en hasta 135 municipios. De ahí la relevancia de este estudio, que se ha desarrollado en colaboración con la plataforma Cabify, que agrupa VTC y taxis. Según el análisis de los investigadores, los servicios de movilidad compartida bajo demanda pueden convertirse en los grandes aliados de la movilidad del futuro más próximo.
Los servicios de movilidad bajo demanda, entre los que se incluye el taxi y las VTC, son, a ojo de los investigadores, actores estratégicos que deben ser tenidos en cuenta por las administraciones locales para lograr los objetivos de reducción de emisiones contaminantes.
Los investigadores apuntan que las ZBE contribuyen a reducir la contaminación porque incentivan la renovación del parque de vehículos, pero no siempre reducen los niveles de tráfico ni la congestión. Por ese motivo entienden que las ZBE se deben complementar con otras medidas, como la mejora en los servicios de transporte público colectivo.
Alternativa y complemento al transporte público colectivo
Sin embargo, coinciden, no siempre hay recursos necesarios para mejorar el transporte público colectivo y es ahí donde entran en juego servicio como el taxi, que puede convertirse en la mejor alternativa de movilidad. El taxi se puede complementar con el transporte público mediante el uso de plataformas digitales y ser fundamental para reducir el uso del vehículo privado en propiedad.
Xavier Fageda, investigador de la Universidad de Barcelona y coautor del estudio, insiste en que “los servicios de movilidad bajo demandan pueden competir con el transporte público cuando ese sea deficiente o complementarlo”. Tanto es así que el uso del taxi puede reducir la compra de vehículos privados hasta un 3%. Además, el empleo de servicios como taxi, VTC, carsharing y bikesharing ayudan a reducir la congestión en un 7% y las emisiones de CO2 en un 6%.
La investigación se ha llevado a cabo por encargo de la Fundació Bosch i Gimpera (FBG) de la Universidad de Barcelona (UB) al Grupo de Investigación en Gobiernos y Mercados (GiM) de la Facultad de Economía y Empresa de la UB, el Observatorio de Análisis y Evaluación de Políticas Públicas y el Grupo de Investigación Nuevas Regulaciones en el Transporte Urbano (NURETU) de la Facultad de Derecho de la UB./TAMBIÉN ES NOTICIA