Inconformista

Cuando te metes de lleno en la lucha por el taxi entras en un mundo que no deja de sorprenderte y tienes muchos altibajos. Desde hace ya dos años y medio empezamos algo que jamás imaginé lo que me enseñaría: una lucha constante, que desgasta a mil por hora. Cada vez que tocas algo y lo remueves salen mil problemas más y al final te encuentras en un laberinto infinito y no sabes cuánto tiempo tardarás en recorrerlo.

 

Al final vas cogiendo experiencia y te das cuenta de que jamás acabarás ese camino y también te das cuenta de que siempre te acabas dando con el mismo muro, ”la administración”. Ese ente que te pone pegas a todo, que para todo necesita un estudio profundo y que entre unos y otros te acaban mareando y desgastando.

 

En dos años y medio los problemas del TAXI no han parado de crecer y mucha culpa de llegar hasta este punto es de los palos que los mismos taxistas le han dado a este gremio. La dichosa palabra "chiringuito" o la típica frase "cuando dejes de mirarte el ombligo" son tópicos, pero verdades como templos.

Hay otro tópico, "el taxi siempre lo van a destruir, pero sigue en pie" que, sin embargo, último tiene los días contados. Los ataques son constantes y sin cuartel y ni las propias administraciones quieren protegernos: sólo son palabras y promesas que se mueren en el tiempo.

 

En los últimos meses, al sector del taxi le están comiendo el terreno y cada vez el bocado es más grande. Las apps y la revolución tecnológica rápidamente están liquidando nuestro sector como ya ha hecho con otros.

 

Yo lo tengo muy claro, sólo manteniendo la presión a un alto nivel podremos salvarnos, si es que aún es posible. Vtcs, piratas, empresas que incumplen las leyes y las fuerzas del orden que se amparan en que los responsables de dotarles de más medios no lo hacen, en definitiva un cúmulo de cosas que están acabando con nuestro modo de vida.

 

Compañeros el tiempo se nos acaba, Barcelona es la ciudad por excelencia donde quieren entrar a reventarlo todo aunque en estos meses el trabajo sea mejor. Estos monstruos no se van a parar y es la hora de defenderse y dejar bien claro que las calles de Barcelona ya tienen su transporte regulado legal y seguro. Pensar una cosa y tenerla bien clara: si el Govern les deja una puerta abierta nos van a loquidar sin compasión y ya no habrá tiempo para lamentaciones y las medidas que podamos tomar ya no serán más que pataleos inútiles porque la invasión será imparable como esta ocurriendo en el mundo entero.

 

No nos vamos a rendir, lo que estamos reivindicando simplemente es que los que deben velar por nosotros no se conviertan en nuestros verdugos y para que eso no ocurra tenemos que recordarles que van a tener un muro delante más fuerte y sólido que el que ellos nos ponen a nosotros para todo. Vamos a dejarnos la piel y a luchar hasta morir. No nos vamos a dar por vencidos. Habiendo agotado las vías políticamente correctas sólo nos queda usar lo que más conocemos donde trabajamos y nuestro hábitat, ellos en los despachos nosotros en la calle, empecemos el pulso pero con el convencimiento de que somos más y más fuertes que ellos y que nosotros tenemos algo que ellos no tienen: la fuerza de la razón.