Este pasado mes de diciembre la capital del Reino Unido estreno los primeros modelos eléctricos (TX eCity) de sus emblemáticos black cabs o taxis negros, con el objetivo de avanzar hacia un modelo de ciudad menos contaminante. El objetivo marcado por la administración de la ciudad es que en tres años la mitad de la flota sea eléctrica.
The London Taxi Company, la empresa encargada de diseñar y fabricar desde 1889 los míticos taxis negros que todos reconocemos, cambió también recientemente el nombre a The London Electric Vehicle Company (LEVC). Desde la compañía esperan que para 2021 unos 9.000 vehículos sean eléctricos.
El modelo eléctrico de black cab emite en torno a un 90% menos de dióxido de carbono que los antiguos taxis y sus emisiones de óxido nitroso son prácticamente nulas. Además, según explica LEVC, en apenas 35 minutos los vehículos recargan la batería necesaria para circular 130 kilómetros y están equipados con un motor de gasolina de 1,5 litros para poder recorrer los viajes más largos.
Los nuevos taxis eléctricos mantienen las formas de los tradicionales taxis londinenses, aunque incluyen una serie de novedades como el Wi-Fi, cargadores USB, un enchufe y lector de tarjetas de crédito sin contacto en la parte trasera. Además, siguen teniendo espacio para un sexto ocupante.
En cuanto a su precio, oscila entre las 55.000 libras, lo que supone unas 10.000 libras más que los anteriores taxis negros tradicionales. Sin embargo, la compañía explica que con el modelo eléctrico, los taxistas ahorrarán 100 libras a la semana en combustible.
La empresa planea introducir próximamente 225 vehículos de este tipo en Amsterdan para transportar a personas mayores y discapacitados.