Semanas después de que la entidad reguladora Transport for London perdiese la batalla contra Uber tras la decisión del Tribunal Superior; el alcalde, junto con la propia TfL, han desarrollado un plan para modernizar el taxi londinense.
La decisión de los Tribunales en favor de la aplicación norteamericana se conoció a mediados de octubre. En aquel momento, los jueces entendieron que la aplicación funciona por derroteros distintos al del taxímetro, provocando la reacción de TfL, que era la entidad que inició el proceso judicial en defensa de los taxistas.
En concreto, el plan de modernización del taxi consiste en dotar a todos los vehículos auto-taxi de la ciudad de sistemas de pago sin contacto, que se sumarían a los lectores de tarjetas tradicionales.
La aprobación de esta iniciativa está prevista que se lleve a cabo para el mes de febrero de 2016. Así pues, a partir de entonces y con la fecha de adaptación límite fijada en octubre, todos los taxis de la ciudad tendrán que aceptar tarjetas de crédito y los llamados “pagos “contactless”. Este tipo de pagos es ya aceptado en los autobuses, trenes y metros de Londres.
De esta forma se pretende luchar contra todos los tipos de aplicaciones, como Uber, que desde fuera del sector del taxi pretenden hacer competencia al mismo.