La autoridad reguladora del transporte en Londres, Transport for London (TfL) ha negado a Uber la licencia para operar con su filial de vehículos privados en la capital británica. Es la segunda vez que el regulador retira dicho permiso a la compañía americana, que ahora podrá iniciar un proceso de apelación en un plazo de 21 días.
TfL considera que Uber es “un riesgo para la protección y seguridad de los pasajeros” principalmente por la facilidad con la que los conductores pueden manipular la aplicación informática y falsificar su identidad. Se calcula que en al menos 14.000 trayectos, el conductor real no era el que los pasajeros creían.
Es la segunda vez en poco menos que un año que la compañía pierda la licencia para operar en Londras, puesto que en 2017 le fue suspendida por falta de responsabilidad corporativa en asuntos sobre seguridad pública al no informar de los antecedentes de los conductores.
En cuanto Uber presente la esperada apelación –tiene 21 días para hacerlo-, será un juez quien decida si sus servicios cumplen o no con los requisitos de seguridad vigentes en Londres. Hasta que se resuelva dicho recurso, Uber podrá seguir operando en la capital británica.
Por último, la autoridad de transporte reconoce que Uber, que realiza 3,5 millones de viajes al año y utiliza aproximadamente unos 45.000 conductores, ha colaborado y ha demostrado transparencia en la investigación, aunque no ha sido suficiente para evitar la retirada de la licencia.