Guiseppe Allegri, un taxista de 63 años de Milán, ha fallecido por coronavirus tras haber pasado varias semanas ingresado y se convierte en el primer conductor de taxi que fallece en la capital de Lombardía. El taxista se infectó de COVID-19 a principios de marzo y tras 20 días de terapia intensiva ha muerto precisamente en el hospital al que trasladaba a médicos, enfermeros y pacientes.
Pese a la situación alarmante que sufría Milán por el coronavirus, este taxista, que llevaba trabajando durante muchos años en el sector, tenía claro que tenía que contribuir en la labor del traslado a pacientes y personal sanitario pese a la peligrosidad del virus. De esta forma, todos los días desde que estalló la crisis sanitaria trasladaba a pacientes y personal médico al centro hospitalario donde, días después, él mismo ha fallecido.
Según explica uno de los amigos de Guiseppe en declaraciones recogidas por El Mundo, este taxista no dejó de dar servicio porque aunque el riesgo existía "lo mínimo que debemos hacer es comprar medicinas a los ancianos y transportar a los médicos".
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