Centenares de taxistas se congregaron ayer en las calles de Río de Janeiro en protesta contra la decisión judicial que autorizó el funcionamiento de Uber en la ciudad brasileña.
Los manifestantes llevaron a cabo sus reivindicaciones frente a los hoteles y lugares comerciales donde es más común el uso de esta aplicación por parte de los clientes. Esto provocó, además, grandes problemas circulatorios en Río desde primera hora de la mañana. Una de las protestas que tuvo mayores consecuencias fue la que se desarrolló frente al hotel Windsor, situado en el paseo marítimo de la famosa playa de Copacabana.
Tras las protestas, que se produjeron en diferentes lugares de la ciudad, los manifestantes se dirigieron a la sede de la alcaldía para exigir la prohibición de Uber.
La historia de la aplicación de la compañía norteamericana en Río ha contado con episodios muy diversos. El Concejo Municipal prohibió en agosto mediante una ley el uso de esta app bajo el argumento de que violaba ciertos derechos constitucionales; pero poco después, la magistrada Mónica Ribeiro Teixeira, dejó sin efectos esta decisión del Concejo, permitiendo el uso de Uber, y advirtiendo de que podría multar a aquellas instituciones que intentasen reprimir el trabajo de los conductores de la empresa californiana.
En Sao Paulo, otra de las grandes ciudades brasileñas, se aprobó una ley para prohibir Uber, pero la alcaldía reglamentó el funcionamiento mediante una categoría de taxis en las que se podrían inscribir los conductores de la polémica aplicación pagando una licencia.