Noche de fuego y de purificación. De norte a sur y de este a oeste, la fiesta de San Juan es la celebración de la llegada del verano, de las vacaciones y los planes al aire libre. Hogueras para dar más fuerza al sol tras el solsticio de verano, cuando los días empiezan a hacerse más cortos. Ese era el objetivo de los primigenios fuegos de la noche de San Juan, una festividad cristiana de origen pagano que normalmente se celebra el 23 de junio.
La presencia de hogueras es sin duda el elemento que más identifica la fiesta de San Juan. Además, el fuego también tiene una función "purificadora" en las personas que lo contemplaban, un espectáculo mágico para espantar a los malos espíritus y romper con lo malo del año. Pero también una noche para el amor y la fertilidad.
El calendario cristiano, como hizo con tantas otras festividades, decidió incluir esta celebración haciéndola coincidir con el nacimiento de San Juan Bautista que, según la Biblia, fue anunciado con una hoguera en su honor el 24 de junio. De esta manera, ambos mundos, el pagano y el cristiano, convergían.
De ahí que, mientras en España y Portugal esta fiesta tenga lugar entre el 23 y el 24 de junio, en otros países se haya adelantado hasta hacerla coincidir con el solsticio de verano y, por tanto, con la noche más corta del año.
Fuego y agua
Aunque esta fiesta está fuertemente ligada al fuego, en los pueblos de tradición celta, Asturias, Cantabria o Galicia, la celebración también se vincula al agua. Un símbolo de pureza y fertilidad que juega también un papel fundamental durante esta velada noche. Ya sea con agua de manantial o de mar, las leyendas aseguran que sumergirse en agua esta noche garantiza salud y belleza para todo el año.
En Cataluña, la verbena de San Juan es una fiesta popular, donde la pirotecnia es protagonista. Aquí el manjar más tradicional es la coca de San Juan, una derivación del roscón con huevos, con claras reminiscencias al sol. En otras regiones la noche se vive de forma muy peculiar. Por ejemplo, en Extremadura hay escenificaciones como el ajedrez de Zafra, mientras que en Menorca se celebra con un espectáculo ecuestre. Pero si hay una provincia que brilla con luz propia en San Juan esa es, sin duda, Alicante.
Hogueras de Alicante
Declaradas de Interés Turístico Internacional en 1983 y Bien de Interés Cultural Inmaterial en 2014, las Hogueras de San Juan son herencia de una festividad agrícola en la que los labradores celebraban el día más largo del año para la recolección de las cosechas y la noche más corta para la destrucción de los males.
Prohibidas año tras año desde 1822, en 1881 vuelven a celebrarse tras un despiste del Ayuntamiento, que no publicó el bando en el que ordenaba no encender hogueras. Los vecinos se agruparon por calles instituyendo las "festes de carrer" (fiestas de calle), con juegos populares, música de "dulzaina y tabalet" y con la aparición de los antepasados de los actuales "ninots", en forma de figuras grotescas que figuraban alguna persona a la que el vecindario criticaba.