La crisis es culpable de que algunos taxistas de Reus, en Tarragona, se vean obligados a aplazar su jubilación porque no encuentran compradores para sus licencias.
“Hay compañeros que podrían jubilarse pero no lo hacen porque no encuentran a nadie para venderle su licencia”, explica Joaquim Olivé, presidente de la Agrupació de Taxis de Reus.
La situación que vive la localidad de la Costa Daurada es crítica, comenta Olivé, que ha visto como en los últimos años cierran una temporada de verano con malos resultados económicos. Antes, añade, “en verano trabajábamos más con turismo de otros países e, incluso, nacional. Pero ahora dependemos del ruso”. Y este año ha sido incluso peor que el de 2011, confiesa el dirigente.
Otro hecho que hace que la situación esté al límite es que, a pesar de que cuentan con aeropuerto propio, expone, “es incomprensible que muchos turistas que vienen a pasar sus vacaciones aquí aterricen en Barcelona”. Por otro lado, “dice Olivé, la estación del AVE está muy desaprovechada y muchos de estos turistas podrían venir de Barcelona al Camp de Tarragona en AVE”