Seguir y seguir esforzándose

El último mes ha dado para mucho. Cerrábamos el mes de mayo con una manifestación, por cierto muy exitosa, y comenzamos este número con otra protesta. En esta ocasión con menos seguimiento y repercusión y no exenta de algún que otro incidente especialmente en Barcelona. El motivo por el que se lleva peleando hace ya casi dos años, la pugna por la cuota de mercado del taxi y las VTCs bajo el legítimo argumento de que estos últimos se saltan de forma constante la ley a la torera causando un grave perjuicio al sector del taxi. Se ha cerrado a las puertas de verano un capítulo más, pero sin duda será un tema del que tengamos que seguir hablando porque la posibilidad de un entendimiento entre ambos sectores dista de estar próximo. 

 

Pero no solo de protestas y reclamaciones se nutre el taxi. Debe también seguir avanzando en muchos aspectos desde dentro y hacia fuera. Desde el interior legislando el sector a nivel local y autonómico como es el caso de la próxima Ley del Taxi de Valencia que, dicho sea de paso, parte también de un claro enfrentamiento interno. Basta con leer nuestra entrevista a la Plataforma de Afectados por este tema que recogemos en este número. También los compromisos que el sector está arrancando al Ministerio de Fomento, ayuntamientos y gobiernos regionales para el escrupuloso cumplimiento de legalidad en términos de competencia de transporte. 

 

Desde fuera, es gratificante comprobar que los profesionales del taxi son cada vez más conscientes de que deben trabajar por mejorar su propia imagen que, como todos sabemos, está bastante denostada. Campañas como el traslado gratuito de personas para donar sangre o médula en San Fernando, o carreras sin coste para los servicios hospitalarios son algunos de los últimos ejemplos que deberían servir de ejemplo. 

 

Es evidente que para competir no solo hay que trabajar exigiendo el cumplimiento de la ley, también hay que cuidar mejor que nunca al usuario para evitar que se vaya a la competencia. Y una manera de animarle a que siga utilizando el servicio de taxi es que el propio taxista trate de proyectar la imagen más amable y profesional en su trabajo. Hay grandes profesionales, pero tal vez no sean suficientes para salvar definitivamente la rémora de un colectivo más “preocupado” por el giro de taxímetro que de prestar un servicio de excelencia. Aún queda un largo trecho, hay que seguir esforzándose.