Los taxistas estamos todos los días participando en foros de redes sociales, lanzando opiniones sobre distintos aspectos de nuestra actividad, en corrillos en las paradas, como siempre hay división de opiniones y reparto de culpas a diestro y siniestro. Otros centros de información y opinión se generan en programas de radio específicos de temas de taxi. Y desde luego, desde que se han popularizado los smartphone y tablets, los blogs, y grupos en redes sociales.
Tecnología para el chismorreo
Uno de los déficits recurrentes del sector es el uso de las tecnologías de la información. La experiencia y lo que se ve en la calle es que los taxistas disponemos de sistemas de gestión de flotas, teléfonos, tabletas, navegadores GPS… aparentemente no estamos peleados con la tecnología, pero la utilizamos para el chismorreo a través de redes sociales.
Se están haciendo un hueco en el sector aplicaciones para móviles con relativo éxito, tanto en el taxi como en servicios paralelos al taxi sin ser taxi. Y muchos somos conscientes del daño que pueden llegar a hacernos, de hecho, todos los taxistas estamos temerosos por la pérdida de clientes o porque los datos de nuestros clientes y sus hábitos de consumo pueden llegar a caer en manos de competidores disruptivos, ilegales y siempre innovadores.
He oído, repetidamente, en algún programa de radio que estos servicios, aplicaciones puestas en marcha por agentes externos al taxi, y gestión de flotas, hace años que las utilizan los taxistas…., yo, la verdad, no salgo de mi asombro ante tamaña afirmación. Por muchos aparatos que tengamos, sin un programa, algoritmo, ni voluntad de dar el mejor servicio, los móviles, el 4G, las tablets, el wifi… , son tan “inútiles como el ambientador de un descapotable”
Seguro que no es por mala voluntad sino inconsciencia, afirmaciones de los dirigentes del taxi como esta de que “las instituciones están por encima del individuo” en referencia a las asociaciones del sector. Pues yo digo que es absolutamente falso, las asociaciones no están por encima de los asociados sino al servicio de ellos, de los socios, en la realización del objeto social. De esto se deducen graves consecuencias como la “imposibilidad de convertir el taxi en una institución”.
Las instituciones son mecanismos de índole social, que procuran ordenar y normalizar el comportamiento de grupos de individuos. Esta es una definición conceptual de institución. Aclarado esto, tengo la sensación de que las asociaciones de taxistas son sectas que quieren parecer instituciones.
La inteligencia desarrolla nuevas y mejores fórmulas de hacer las cosas y sacar provecho de ello, y ahí están los taxistas tratando de que se prohíba toda innovación que afecte a nuestro negocio, o de que se estrangule, o la estrangularnos nosotros mismos, porque se habla de “regular” , ajustar a regla o normalizar que estaría conforme con la definición de institución, y lo que se hace es tratar de impedir que se incorporen para mejor funcionamiento del taxi, personas, tiempo, medios, información, unidad de acción.
La soledad del taxista
No parece tan difícil, se trata de estar atentos, si no somos capaces de innovar o anticiparnos…, nadie impide copiar de quien lo hace mejor, pero sobre todo hay que tener claro que para la actividad del taxi, cuya principal característica es la discrecionalidad, la mejor forma de solucionar la soledad del taxista cuando el taxi no tiene viajero, es disponer de toda la información posible para tener viajero cuanto antes. Y para eso debemos tener nuestra plataforma de gestión. Lo importante no es tener muchos aparatitos si no que todos funcionen con un programa, un algoritmo, que nos permita ser eficaces, tomar las mejores decisiones, esa es la unidad del taxi y su salvación.
La institución es el taxi
Y dejemos de pensar que la soledad del taxista se soluciona con un teléfono para chatear. La institución es el taxi, que las asociaciones y cooperativas sólo son servidores de la institución y del individuo, hasta que dejan de servir. Dejemos de confundir regular con estrangular. Innovemos tecnología y normas que permitan el mejor taxi posible. Sólo hace falta voluntad y un poco de inversión.