Cuando los datos hablan, poco más se puede hacer. Y los datos del informe presentado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a la Mesa del Taxi son bastante elocuentes. Un documento “real” con cifras “reales” extraídas de los taxímetros de los titulares de licencias que voluntariamente han participado en este estudio cuyo objetivo, aseguran desde el propio sector, es respaldar una demanda histórica del taxi capitalino, que el sector se encuentra sobredimensionado.
Y esta realidad, que señala la mayoría de las asociaciones que conforman la Mesa del Taxi se ha puesto más de relieve durante la pandemia. Sin turismo y sin ocio nocturno, el taxi se ha regulado de diferentes maneras para hacer frente a la escasez de demanda, pero los juzgados han dirimido en varias ocasiones que el Ayuntamiento no podía hacerlo por la vía del decreto, sino que cualquier tipo de regulación, ya sea excepcional u ordinaria tenía que estar reflejada en la Ordenanza del Taxi.
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El objetivo del informe es entender la situación del sector y, además, ayudar al Ayuntamiento a la hora de plantear un instrumento para el control de la oferta y repartir la “mermada demanda”. Sin embargo, en 2016 el propio Ayuntamiento ya solicitó la elaboración de informe para tratar de conocer la situación real del sector. Hace cinco años, las conclusiones eran muy similares, presentando un sector sobredimensionado, un extremo “que se podría ver agravado si las diferentes plataformas de economía colaborativa acaban desembarcando en la ciudad, lo que podría mermar la demanda del taxi”, por lo que recomendaban acometer un “redimensionamiento del sector” ordenado.
Y eso que en estos cinco años, el número de licencias se ha reducido un 2%, pasando de 1.633 a 1.598 licencias. Pero el sector también ha sufrido una caída relevante de la demanda, cifrada en un 16%, así como de una reducción kilométrica del 8%. Sin embargo, y aunque pueda resultar contradictorio, la duración de la jornada se ha incrementado un 3%, lo que supone algo más de 12 horas al día, casi una hora más si lo comparamos con los datos de 2016, consecuencia de menos “trillar” o “callejeo”, y más tiempo en paradas esperando a que aparezcan los clientes. El incremento de las tarifas en 2018 ha ayudado, no obstante, a que el impacto económico sea menor, solo se ha reducido un 2% la recaudación diaria, al haberse incrementado el ingreso bruto por carrera un 17%.
Con estos datos, que suponen una radiografía del sector, el informe sugiere diferentes alternativas para equilibrar la situación, como incrementar el tamaño del mercado mediante políticas de incentivo del uso del taxi o implementar una política tarifaria más agresiva, según los datos extraídos, la opción “más realista” aunque “no exenta de dificultades” y, sobre todo, “de manera inmediata” es ajustar la oferta para acomodarla a la situación del mercado. Para ello sería necesario reducir el número medio de días de actividad de la flota en 147,88, lo que supone que, de media, diariamente podría operar el 50,04% de la flota.
Un ajuste que, siempre de acuerdo con el estudio, supondría reducir la producción anual de kilómetros del conjunto de la flota unos 48,2 millones y en 2,8 millones de horas la del personal adscrito a la misma. En dinero, para el que se lo pregunte, los salarios se reducirían, situándose en 13,544 euros al año, generando un ahorro al sistema de más de 36 millones de euros.
Todo ello llevaría a incrementar la productividad de los taxistas, permitiendo así elevar el porcentaje de tiempo de la jornada laboral de trabajo efectivo, es decir, taxi ocupado con cliente, que podría situarse alrededor del 47,7%. /TAMBIÉN ES NOTICIA
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