29/05/2017 11:05:43 - Gaceta del Taxi
Vivir sin miedo
No; yo no me subo cada día a un coche negro y amarillo como vosotros. Yo simplemente soy alguien que se siente muy cercano a este sector y necesito compartir algo con vosotros:
Que sois vosotros mismos con vuestra actitud, con vuestras acciones y con vuestra implicación, quienes vais a decidir cuál será el futuro del taxi…. Me explicaré.
Soy discapacitado físico desde mi nacimiento. A mis padres les dijeron que probablemente no podría andar, y que no tendría una vida fácil. Desde muy joven tuve que aprender a convivir con el miedo, pero no solo con mis miedos, sino también con aquellos miedos que algunos me querían imponer desde el exterior. Recuerdo como alguien me dijo que debía ir mentalizándome, que en el tema laboral solo podría encontrar algún trabajo poco remunerado o acceder a alguna oposición para discapacitados. También recuerdo a un director de instituto, de una manera paternalista y con toda su buena intención, me insinuó sutilmente que debería recurrir a medios “profesionales”, por decirlo de alguna manera sutil, para satisfacer mis necesidades físicas. Incluso una funcionaria me dijo que yo jamás podría llegar a acceder al examen para obtener la credencial de taxista, por el simple hecho de ser discapacitado. Todos ellos tenían una cosa en común; queriendo ayudar o no, me estaban infundiendo unos miedos que, si yo hubiera aceptado, hubieran establecido claramente el rumbo de mi futuro.
Ahora, cuando os veo a muchos de vosotros, siento algo parecido a un ‘déjà vu’. Os dicen que formáis parte de un servicio caduco, que no habéis querido adaptaros a los tiempos. Intentan convenceros de que nuevas empresas tienen que entrar en este vuestro sector para aportar unos ficticios beneficios al usuario y para crear nuevos e inmejorables empleos. Os hacen creer que no asimiláis que han llegado las nuevas tecnologías. Luego, desde su prepotencia, intentan deslumbrar a los usuarios con coches mejores que los vuestros, más nuevos que los vuestros, con unas tarifas más competitivas que las vuestras, con un chofer bien vestido, con traje y corbata, y sobretodo… con una botellita de agua (que me gustaría saber, quien se bebe esa agua en pleno verano). En resumen, que hace mucho que tenéis el monopolio, que han llegado para quedarse, que esto es imparable y que debéis aceptar las nuevas normas del juego; intentan implantaros MIEDO.
¿De verdad vais a caer en esa trampa? Vosotros sois los que estáis cumpliendo a rajatabla lo que marca la ley y, por ello, vosotros sois los únicos que debéis luchar para que la ley sea aplicada, hasta sus últimas consecuencias. Porque cada vez que alguien enciende una de esas apps y hace ‘click’, siento una inmensa rabia de ver cómo están cogiendo algo que pertenece a cada una de vuestras familias, incluida la mía. Cada vez que alguien hace ‘click’, dejáis de recibir algo que por derecho propio os pertenece a vosotros, para que un señorito, desde su sillón de piel, se lo lleve calentito a algún paraíso fiscal en algún país que seguramente ninguno de nosotros sabríamos situar en el mapa y lo hacen utilizando a sus empleados por decirlo de alguna manera, a los que les dan solo las sobras de todo ese beneficio, aprovechándose de su necesidad, esa necesidad que les obliga a aceptar lo inaceptable, con condiciones pésimas de trabajo, y después de sacrificar horas y horas de trabajo. ¿De verdad, que no vas a luchar hasta las últimas para detener esta sarta de mentiras e injusticias? Rendirse sería fallar a la sociedad, fallar a los tuyos y lo que es peor; fallarte a ti mismo.
Ha llegado el momento de demostrar la inmensa fuerza que tenéis, el momento de hacer pedagogía a cada cliente que se siente en vuestro taxi, el momento de estar todos juntos para defender lo justo, aquello que es vuestro, aquello que es lo legal y aquello que es mejor para nuestra sociedad en general. El día 30 aquellos que vayáis a Madrid y aquellos que no vayáis, desde donde estéis, debéis convertir ese día en el día del taxi, el día que tiemble el país entero, el día que sepan que vais a defender hasta la médula aquello que es vuestro.
Por cierto, volviendo al principio… ¡SÍ! Puedo andar. ¡SÍ! Tengo estudios superiores. ¡NO! no tengo un trabajo de mierda; tengo mi propia empresa, soy autónomo como la mayoría de vosotros. ¡SÍ!, tengo a una gran mujer a mi lado a la que quiero con locura y que igual que vosotros se sube cada día a su taxi negro y amarillo. Y bueno, realmente, SÍ que tengo algo que ver con vosotros, porque la ley estaba de mi lado y acabé accediendo y aprobando la credencial para ser un taxista igual que vosotros el día que quiera serlo.
NO DEJES QUE NADIE TE INFUNDA SUS MIEDOS, no dejes que esos miedos bloqueen el futuro de todos, el futuro de los tuyos; TU FUTURO. Yo no me rendí y escribí mi propio futuro…. ¿Quién va escribir el tuyo?
Por y para.
+ TAXOMETRO (recomendad@s)