El pasado viernes miles de taxistas se concentraron en las principales ciudades de Portugal en protesta contra la compañía Uber, lo que complicó el tráfico de forma considerable. Los profesionales recorrieron lentamente las calles más céntricas de esas ciudades, reclamando la ilegalización de la empresa californiana en territorio luso.
Se preveía, en un principio, la participación de unos 6.000 taxistas desde primera hora de la mañana en ciudades como Lisboa, Oporto y Faro. La más importante de las protestas fue la que se llevó a cabo en la capital de Portugal, donde el tránsito quedó prácticamente bloqueado.
Uber opera en el país vecino desde el mes de julio de 2014, aunque su servicio más económico no se implantó hasta finales de ese mismo año. Sin embargo, por medio de una sentencia judicial, la empresa se vio obligada a suspender su actividad en Portugal. Aún así, Uber recurrió a un Tribunal y decidió continuar con su actividad al asegurar que la decisión cautelar se dirigió hacia una entidad jurídica errónea – a Uber Technologies de EEUU- en lugar de a Uber Holanda, que es la responsable en Portugal.
Desde el Gobierno se ha reiterado que la plataforma es ilegal y prometió al sector del taxi que incrementará sus controles para intentar frenar su funcionamiento.