Tras más de 20 horas de protestas, pasadas las 2.30 horas de la mañana, hora local, los taxistas concentrados en la Rotunda do Relógio, en Lisboa, decidían retirar los vehículos de las calles y volver a sus casas. Eso sí, anunciaban nuevas protestas para la semana que viene y pedirán al Presidente de la República que intervenga en el conflicto.
Aunque la intención de los taxistas era permanecer movilizados de forma indefinida hasta llegar a un acuerdo con el Gobierno, desde Antral y la Federación Portuguesa del Taxi temían una intervención policial. Los presidentes de ambas organizaciones, a título personal, explicaron las intenciones de la policía, que amenazaba con empezar a retirar los vehículos e inmovilizarlos, y convencieron a los taxistas que habían decidido mantener la protesta. Finalmente, a las 2.30 horas de la mañana se dio por finalizada la protesta, si bien emplazaban a nuevas movilizaciones el próximo 17 de octubre en Lisboa, Faro y Oporto.
La jornada de paro celebrada ayer 10 de octubre en Portugal fue respaldada por miles de profesionales de todo el país, que protestaban por la nueva regulación del Gobierno que, en opinión de los taxistas, favorece a empresas como Uber y Cabify en detrimento del sector del taxi.
Por ello pedían más control en el acceso a la profesión y la contingentación de los vehículos que trabajen para UberPOP. Una opción, esta última, que no entra en los planes del ejecutivo luso.