Una buena parte del taxi de Budapest se manifestó en el día de ayer contra el servicio de Uber. Con sus vehículos, los taxistas bloquearon las calles más importantes del centro de la capital húngara ante la creciente popularidad de la aplicación norteamericana, la cual se niegan a aceptar pues no está sometida a ningún tipo de regulación.
Las protestas a nivel internacional contra Uber siguen a la orden del día y ayer tuvieron lugar en Budapest, ciudad donde han atraído desde su lanzamiento en 2014, a más de 80.000 usuarios y 1.200 conductores. Allí, cerca de 150 vehículos colapsaron gran parte del tráfico del centro de la ciudad exigiendo el cierre inmediato de la “start up”.
Los taxistas explicaron que están sometidos a unas tarifas más caras que las que puedan cobrar en tal aplicación y, además, deben de realizar un desembolso considerable por la adquisición de la licencia que los conductores de Uber no realizan. Ante esto, los organizadores de la protesta, a través de un comunicado, exigieron el fin de esta aplicación ya que consideran que se trata de “una anarquía”.
Por su parte, desde el gobierno húngaro, el primer ministro Viktor Orban, aseguró a la agencia de noticias estatal MTI, que en la reunión gubernamental que se celebrará mañana miércoles, considerarán todo tipo de propuestas.
Uber, por su parte, afirmó en un comunicado posterior a la manifestación que ésta reflejaba la “necesidad de una nueva regulación que respete la presencia y los efectos positivos de las nuevas tecnologías”.