Una treintena de taxistas fueron hospitalizados en Pekin (China) por ingerir una cantidad notable de pesticida. Lo hicieron para quejarse por la manera en que su empresa de taxi había renovado el contrato de alquiler de sus coches.
Los profesionales procedían de la provincia de Heliongjiang, al norte del país. Habían decidido acudir a la capital para pedir mejores condiciones laborales. Así, usando un método de reclamo muy habitual en el país asiático en los últimos tiempos, que consiste en tomar raticida o pesticida, los conductores se concentraron en la entrada del popular mercado de Wang Funjing, un destino frecuentado por turistas.
Tumbados sobre el asfalto e incoscientes. Así fueron encontrados por la policía al poco tiempo de tomar esta sustancia tóxica. Rápidamente fueron trasladados al hospital y ya todos están estables y fuera de peligro.
Las autoridades aseguran que ya han enviado a varios equipos a Heliongjiang para investigar lo ocurrido.