El Tribunal de Apelación de París confirmó en el día de ayer una sentencia en primera instancia del pasado 27 de enero, por la que la filial de Uber en Francia ha sido condenada a pagar 1,2 millones de euros a la Unión Nacional de Taxis (UNT).
Con esta decisión, la justicia aclara que permanecer en la vía pública a la espera de captar clientes es una actividad que la ley sólo permite a los taxistas, por lo que los conductores de Uber lo tienen prohibido. Sin embargo, desde la empresa estadounidense se informaba a los conductores de la posibilidad de aparcar en la calle con la idea de prestar servicio a personas que no hubieran realizado una reserva previa, algo que denunció la UNT.
Ya a finales de 2014 el Tribunal de Comercio francés instó a la compañía californiana a que retirara cualquier mensaje que informase sobre esa posibilidad a sus conductores, y a comienzos de 2015 el Tribunal de Gran Instancia de París consideró que no sólo no estaba respetando esa orden sino que además estaba incitando a sus conductores a colocarse a la espera de clientes en los puntos de mayor demanda.