Debido a un cambio en la legislación húngara que prevé fuertes multas para los conductores y usuarios que utilicen transporte urbano ilegal, la aplicación Uber ha anunciado que suspenderá, a partir del 24 de julio, su actividad en Hungría.
Precisamente ese mismo día entrará en vigor la nueva ley de transporte que dictamina que las autoridades pueden también bloquear por un periodo de un año aquellas aplicaciones que ofrecen un servicio de transporte que no cumplen con las reglamentaciones.
Otro de los mandatos de esta nueva legislación obliga a todas las empresas de transporte a contar con un servicio de central de operaciones, algo que no va en consonancia con la estrategia de funcionamiento de Uber. Además, la nueva normativa también prevé la posibilidad de que las autoridades quiten la matricula y la licencia a los 1.200 conductores de la aplicación californiana.
El cambio de esta legislación puede guardar relación con la fuerte oposición que han mantenido los taxistas desde la llegada de Uber a Hungría. A finales de abril, cientos de conductores bloquearon el centro de Budapest provocando importantes problemas de tráfico. La cifra era considerable pues hay que tener en cuenta que en Budapest circulan tan solo 5.000 taxis. Meses antes, en enero, ya había llevado a cabo diversas protestas exigiendo una nueva regulación que acabase con lo que desde el sector del taxi se entendía como “una anarquía”.