La ayuda de un taxista belga, que llevó a dos de los tres presuntos terroristas al aeropuerto de Bélgica de Zaventem donde ayer murieron 11 personas, ha sido fundamental para su identificación. Además de en el aeropuerto, otra bomba colocada en el metro, en la zona europea de Brsuelas, acabó con la vida de 20 personas. Hay más de doscientos heridos entre ambas explosiones.
Según ha publicado el periódico belga La Derniere Heure, al menos dos de los terroristas de Zaventem llegaron al aeropuerto en un taxi. El diario explica que el conductor del taxi, tras reconocer a los presuntos autores al ver su imagen en televisión, avisó a la Policía y facilitó la dirección en la que los habría recogido por la mañana.
Durante su conversación con la Policía, el taxista además informó de que había tenido un encontronazo con los pasajeros porque tenían más maletas de las que cabían en el coche, lo que les habría obligado a dejar algún bulto y, previsiblemente, parte de las cargas explosivas que posteriormente fueron encontradas por las fuerzas de seguridad. Al parecer, los presuntos terroristas habrían reservado una furgoneta en la central de taxi, aunque finalmente les enviaron un sedán, lo que les forzó a cambiar sus planes.
En el día de ayer los taxistas belgas ofrecieron sus servicios gratuitos a las personas afectadas por los atentados.