La última gran manifestación del taxi el pasado 29 de enero, en este caso por los precios de los seguros, ha vuelto a poner sobre la mesa uno de los rasgos más característicos del sector: su lucha y su perseverancia. Desde bien temprano, podemos hablar del motín de las gorras en 1966, los taxistas han sabido que la unión hace la fuerza cuando hay que pelear por aquello que consideran justo.
El taxi también tiene su lado más combativo
A nivel local, pero también nacional, en estas tres décadas que La Gaceta del Taxi lleva acompañando al sector, han sido muchas las veces que hemos salido a cubrir las protestas. Lloviera o hiciera calor, siempre hemos apostado por la información a pie de calle, recogiendo la actualidad allí donde estuviera teniendo lugar para poder después trasladárselo a nuestros lectores, primero solo en modo de crónica en nuestra revista en papel para, unos años después, ofrecer, gracias a las nuevas tecnologías, una cobertura en directo a nivel nacional.
¿Y por qué protesta el taxi? Pues los motivos pueden ser tantos casi como taxistas trabajan en el sector, pero fundamentalmente el taxi se moviliza cuando algo no le parece justo. Así fue en 1997 cuando los taxistas madrileños se sumó a la huelga de los transportistas que demandaban, ya en aquella época, la posibilidad de jubilarse anticipadamente, que se contuviera el precio de los carburantes, que llevó a los profesionales a movilizarse en varias ocasiones, y la calificación de enfermedades profesionales.
Un año después, el taxi volvía a la huelga, esta vez de forma solitaria, para reclamar, entre otras cuestiones, mayor control sobre la competencia desleal o el sistema vacacional obligatorio.
Con el inicio del nuevo siglo, el taxi no dejó de lado su vena más reivindicativa, y en 2002, en Madrid, se paró el servicio durante 15 horas, algo que volvería a repetirse en enero, en ambos casos, por la subida de tarifas. Comienza así una de las etapas más combativas del taxi que tendría su punto álgido en junio de 2005, cuando miles de taxistas bloquearon la capital con motivo del Reglamento.
Pero antes de llegar a ese momento, hay que recordar que las protestas no eran exclusivas de Madrid, si bien es cierto que por el volumen de profesionales que trabajan aquí sí eran las más multitudinarias. No obstante, en Barcelona, la segunda ciudad por número de profesionales, también se celebraron varias protestas, paros y concentraciones para reivindicar, primero la Ley del Taxi de Catalunya y, segundo, el Reglamento.
Las tarifas también fueron siempre un motivo de desencuentro entre taxistas y la administración, y no fueron pocas las veces que salieron a la calle por este motivo, como el caso de Barcelona donde se celebraron varios paros a lo largo de varios meses secundados por el 95% del sector por este motivo.
La Ley Ómnibus
Pero si hubo una protesta que realmente marcó un punto de inflexión en el taxi, fue la protesta contra la Ley Ómnibus en diciembre de 2008. Por varios motivos, esta fue una manifestación sin precedentes en la que se concentraron unos 5.000 taxistas que llegaron de todos los rincones del país y que también tuvieron sus réplicas en forma de paros en diferentes ciudades españolas. Fue la primera, pero no la última, ya que la Ley Ómnibus y sus repercusiones a nivel normativo han marcado los últimos años del sector y esto les ha llevado a las calles en varias ocasiones.
La competencia desleal, el intrusismo, la falta de apoyo por parte de las administraciones, la ausencia de regulación y un largo etcétera de problemas relacionados, directa e indirectamente, con esta Ley, comenzaron a ser los principales motivos de protesta para los taxistas, dejando de lado otro tipo de problemas como los antes mencionado.
Según nuestra base de datos, hubo al menos una gran manifestación durante los últimos 15 años, en algunas ocasiones, hasta dos e incluso tres. Pero sin duda la huelga que supuso un antes y un después para los taxistas madrileños fue la huelga de 16 días de los taxistas madrileños que, sin embargo, no consiguió nada de lo planteado. Un mazazo para el sector que llevó a muchos compañeros a no confiar en este tipo de acciones.
Con la llegada de la pandemia, las protestas volvieron a poner el foco en la delicada situación del taxi y en la pelea del sector contra los vehículos de alquiler con conductor. Y aunque la protesta contra el precio de los seguros estaba prevista para finales del pasado año, la DANA motivó su traslado a enero de este año, convirtiéndose así en la primera gran protesta de 2025.