La Federación Cántabra del Taxi pide ayuda a las administraciones para mantener vivo el taxi rural de la región. Un sector del que viven casi 300 familias y que, a día de hoy, “siente amenazada su supervivencia ante la falta de perspectivas de futuro”.
Según explica la Federación, el taxi en el ámbito rural presta un servicio “que va mucho más allá del transporte escolar o asistencial”, sirviendo de “nexo” de unión entre pueblos lejanos. Sin embargo, la desaparición de las rutas escolares ha generado una importante preocupación entre los profesionales que, en algunos casos, se plantean incluso el cese de la actividad ante la falta de alternativas laborales.
Lamentan el abandono del sector por parte de las instituciones y desde la Federación piden que se articulen fórmulas normativas, además de desarrollar los instrumentos necesarios para amortiguar la difícil situación del colectivo.