Aunque los socios, unos 110, no aprobaron modificar los estatutos en la asamblea extraordinaria de la Asociación Gremial de Madrid celebrada el pasado 7 de junio, la Junta Directiva sí contó con el respaldo de los socios para sacar adelante unas cuentas, ya en sesión ordinaria, que arrojaron un resultado negativo de 545.071,71 euros.
A las 17.30, puntual en segunda convocatoria, dio comienzo la asamblea extraordinaria para modificar cuatro artículos de los estatutos de la entidad. Ninguno de ellos contó con el respaldo de los socios. Ni la derogación y eliminación del punto 12 del artículo 13, que impide la doble afiliación de los socios, ni los artículos relacionados con el voto delegado, fueron aprobados. Tampoco ampliar el horario electoral hasta las 10 de la noche.
Media hora después, a las 18 horas, se daba por iniciada la asamblea ordinaria en la que, a diferencia de años anteriores, los socios aprobaron por mayoría las cuentas, a pesar del resultado en negativo de 545.071,71 euros. Una cifra “mala”, tal y como reconoció el propio presidente, Miguel Ángel Leal. También aseguró que la situación económica es menos grave que en anteriores ejercicicios y mejorará en los próximos. En contra de lo que muchos aseguraban hace un año en esta sala "la Gremial es viable" , dijo en mas de una ocasión.
Pese a sacar adelante en esta sesión ordinaria gran parte de los puntos del orden del día, la sesión discurrió en un ambiente tenso, al no permitir el presidente nada más que la intervención de tres socios en el turno de palabra por un espacio limitado de 3 minutos. No gustó a los asistentes el tono expeditio y ni las formas empleadas, lo que provocó protestas y más de un revuelo en la sala.
En aras de mejorar la situación económica Leal también anunció la necesidad de llevar a cabo un ERE para aligerar la carga laboral, si bien no dio detalles concretos. Adelantó, eso sí, que supondría un coste de no menos de 100.000 euros y que están buscando financiación.
Además de las cuentas también fueron aprobados los presupuestos de 2018 y las dos propuestas presentadas por la propia directiva. Exigir la retirada de autorizaciones de VTCs en caso de acumulación de sanciones y la puesta en marcha de una licencia urbana. En esta última, tan solo un socio se abstuvo.
Tensión en la sala
Aunque no fue la tónica general, durante las tres horas de asamblea se vivieron algunos momentos de tensión. El primero llegó con la expulsión de un socio que no se encontraba al corriente de pago. El segundo, cuando se intentó expulsar a otro porque, según el presidente, no respetaba su sitio durante las votaciones. Finalmente el socio no fue expulsado y pudo permanecer en la sala.
También fueron tensas algunas intervenciones de los socios, limitadas a tres por punto y no más de tres minutos. El socio y ex candidato, Miguel Ángel García, subió en varias ocasiones al estrado y en una de ellas acusó al presidente y a su Junta de haber ocultado información sobre una segunda hipoteca. Una cuestión que el presidente no entró a responder, asegurando que se alegraba de que ese mismo socios, “que el año pasado hablaba de ruina en la entidad, este año veía que era viable”.
También acusó el presidente de desleales y de traición a la entidad a los asociados que no cumplieron el requisito exigido por la CAM de confirmar su titularidad como propietario de licencia, lo cual en provocó, en su opinión, la pérdida de la mayoria de la Gremial en el Comité Regional de Transporte. Duro comentario que fue muy mal recibido por los asistententes.
La sesión finalizó con el anuncio de una nueva asamblea extraordinaria donde se incluirán algunas propuestas de los socios, como la pérdida de la condición de socio a quienes tengan una autorización VTC o la posibilidad de ofrecer descuentos a quienes traigan nuevos asociados para la entidad.