“La sentencia del Supremo huele bastante mal”
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Era una de las sentencias más esperadas por el sector del taxi, de las muchas que probablemente conozcamos a lo largo de este 2023 crucial a nivel judicial para el futuro del colectivo. A finales de febrero, el Tribunal Supremo decidía declarar nula la normativa aprobada en el Gobierno del País Vasco en 2019 que establecía una precontratación mínima obligatoria de 30 minutos para los servicios en vehículos de alquiler con conductor (VTC).
“Una mala sentencia para el taxi”, comunicaron representantes de la Asociación Nacional del Taxi (Antaxi), organización presente por medio de sus abogados en el procedimiento que llegó al Supremo cuya Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo celebró su vista el pasado 24 de enero. Un mes después, a finales de febrero, los magistrados hicieron pública la sentencia que daba la razón al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJV) y a la plataforma Uber al considerar desproporcionada e injustificada la medida de establecer 30 minutos de precontratación a las VTC.
Borja Musons, presidente de la Federación Vasca del Taxi, organización que junto a la asociación nacional de taxistas y el Gobierno Vasco estuvo se personó en este procedimiento en defensa de los 30 minutos, lamenta la decisión y la postura adoptada por el Alto Tribunal, y sostiene que “huele demasiado mal” por el hecho de que se han aceptado todas las pretensiones de las plataformas de las VTC.
El Alto Tribunal consideró que establecer una precontratación mínima de 30 minutos a los servicios de VTC es una medida “excesiva y desproporcionada” y que limita su acceso al mercado. Además, entendieron los magistrados que estas medidas son “incompatibles” con el derecho a la libertad de empresa y no cumplen con los requisitos marcados para establecer restricciones y que aparecen en la Ley de Garantía de Unidad de Mercado (LGUM).
Reacción del taxi
“La noticia de la sentencia la recibimos mal porque es un jarro de agua fría para nosotros”, explica Musons, que indica en primer lugar que lo que más le llamó la atención de la sentencia es “lo alejada de la realidad que está”. Y es que, tal y como recuerda el representante de los taxistas vascos, cuando el ejecutivo decidió aprobar esta precontratación de 30 minutos, lo hizo hablando previamente con representantes de las VTC del País Vasco que no trabajaban con las plataformas. “Establecieron 30 minutos porque había necesidad de cuantificarlo, pero incluso desde las VTC nos dijeron que pusiéramos mucho más tiempo”, afirma el presidente de la Federación Vasca del Taxi.
“El Gobierno vasco entendió que media hora era una cifra razonable y desde las VTC aceptaron. Estableció ese tiempo porque a su criterio era la única forma de asegurar que las VTC no estuvieran deambulando y porque se entiende que, desde fuera de Bilbao, Vitoria o San Sebastián, ir a recoger a una persona al centro puede llevarte ese tiempo”, indica Musons.
Sin embargo, pese a la intención del Ejecutivo Vasco de establecer esa precontratación como una forma de evitar la circulación en vía pública evitando la captación, el Supremo ha sentenciado que esa limitación no está justificada. “El problema es que, de hecho, deambulan, en todas las ciudades en las que trabajan estas plataformas están dando vueltas constantemente por la ciudad, una y otra vez, hasta que les entra un servicio”, sostiene el portavoz de los taxistas, recordando que “están incumpliendo la ley y el Gobierno vasco sacó una normativa para evitar que pasase esto y no tuvieran que estar todo el rato controlando y sancionando”.
Favorable a las plataformas
“Es llamativo que esta sentencia no hace en ningún momento alusión al servicio de las VTC, solo hace alusión al servicio de las plataformas digitales. Pero las VTC llevan tiempo en el mercado y las plataformas parece que son lo único que existe. La sentencia huele bastante mal porque obvia la realidad de que las VTC están deambulando y porque se ve la parcialidad cuando solo hace referencia a las plataformas”, explica Musons.
Un matiz importante que apunta el Supremo es que la contratación previa queda garantizada por el hecho de que el usuario que quiere contratar el servicio no puede hacerlo directamente con el conductor, sino que lo hace telemáticamente con una empresa de intermediación a través de una app, lo que permite controlar las contrataciones fraudulentas. Ante esto, Musons lamenta que el discurso se haya centrado poco menos que en la parte léxica.
“Pero entonces, cuando entras a un hotel precontratas o contratas, cuando coges un taxi en la calle lo estás precontratando levantando la mano o preguntando si está libre en una parada, ¿o lo estás contratando?”, se pregunta el portavoz de los taxistas. “Pueden decir los jueces lo que quieran, pero eso que plantean no es una precontratación, es una contratación directa. Ni más ni menos, porque sino todo sería precontratar. Estamos desvirtuando y retorciendo el lenguaje”, apunta Musons./TAMBIÉN ES NOTICIA