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11/02/2020 - Gaceta del Taxi

Desestimada la querella de Elpidio Silva contra “Tito” Álvarez


El Juzgado de Instrucción número 18 de Barcelona ha desestimado la querella presentada por Elpidio Silva y su bufete contra Alberto “Tito” Álvarez, portavoz de Taxi Proyect 2.0 y Élite Taxi Barcelona, por supuestos delitos de acoso, amenazas y lesiones.

 

El juez entiende que la intención del ex magistrado Silva con esta querella no era otra que dar una apariencia delictiva a lo que en definitiva “no es más que un conflicto de intereses” entre un letrado y quien fuera uno de sus clientes, representante a su vez de varios taxistas reticentes a proceder al pago por el concepto de prima de riesgo que Elpidio Silva reclamaba.

 

La prima de riesgo inicia las diferencias

 

El origen del conflicto se encuentra en el momento en el que los taxistas contrataron los servicios de Elpidio Silva para la defensa de sus intereses frente a Uber y Cabify. La nota de encargo que firmaron los taxistas incluía una prima de éxito por parte de los taxistas hacia el letrado.

 

Una vez contratado a Elpidio, según el juez, Álvarez no solo era uno de los contratantes, sino que además se erigió en el interlocutor aceptado por las partes entre el letrado y los taxistas.

 

Antes del verano de 2019, Elpidio entendió que gracias a tu trabajo se había implantado la precontratación de VTC en Barcelona y que ello había provocado la salida de la Ciudad Condal de las plataformas VTC y que por lo tanto, era merecedor de esa prima de éxito por parte de todos los clientes. A esta petición se opuso Álvarez argumentando que el éxito de las negociaciones con la administración no fue debido a estrategia jurídica alguna realizada por el despacho, sino a las movilizaciones de los taxistas.

 

A raíz de entonces, relata el juez, se producen desencuentros en redes sociales y medios de comunicación, hasta el punto que Álvarez cuestionó la actitud de Silva e interpuso queja contra el mismo en el Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB).

 

Sin embargo, estos hechos, entiende el juez, y pese al deseo de dotarlos de apariencia criminal, no constituyen delito y por tanto queda desestimada la querella. Los tweets lanzados por Álvarez no contienen a juicio del juzgado ni amenazas ni expresión intimidatoria alguna, ni siquiera desprestigio










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