F1 GP Australia: Rosberg gana, Alonso salva la vida

El primer Gran Premio de la temporada 2016, disputado en Melbourne, será recordado en la historia como aquel en el que Fernando Alonso volvió a nacer. El piloto asturiano sufrió un brutal accidente tras chocar con el mexicano Esteban Gutiérrez a más de 300 km/h. Nico Rosberg, ganó la carrera por delante de su compañero en Mercedes, Lewis Hamilton.

 

La carrera sobre el asfalto australiano fue un auténtico espectáculo desde el inicio. Ya antes del mismo, el piloto ruso de Red Bull, Daniil Kvyat se vio obligado a abandonar por problemas mecánicos en su monoplaza. En la salida, los dos Ferrari pasaban como auténticos misiles a los Mercedes.

 

Con un orden de la carrera muy diferente al que se había dado en la parrilla de salida, los adelantamientos fueron una constante durante las primeras vueltas y hasta la primera parada en boxes de cada uno de los pilotos. Seguramente ayudó a que se viera una mayor emoción a lo largo de la carrera,  la diversidad de neumáticos que pueden elegir este año los pilotos –se ha pasado de dos compuestos a tres-.

 

Tras la primera ronda de paradas de prácticamente todos los coches, Fernando Alonso, a bordo de su esperanzador Mclaren, estaba situado noveno –salía 11º- y se disponía a sobrepasar a Esteban Gutierrez, del equipo Haas. En la frenada de la curva 3, un fallo de percepción del bicampeón español, unido a un posible cambio de dirección del mexicano, provocó el choque entre ambos. Tras el mismo, Alonso perdió la dirección de su Mclaren que se estrelló contra el muro y, a partir de ahí, se convirtió en una bola de fibra de carbono que volaba sin rumbo hasta frenarse en otro muro.

 

Milagrosamente, ya que no tiene otra explicación, el piloto asturiano salió por su propio pie, saludando a un preocupado Esteban Gutierrez, que era muy consciente de la gravedad del impacto. Después del golpe y viendo como había quedado la pista, Dirección de carrera decidió pararla provisionalmente.

 

En la reanudación, los equipos que sorprendentemente optaron por la versión más dura de los neumáticos, resultaron favorecidos. Los Mercedes, con menos degradación, superaron a Sebastian Vettel, que había liderado la carrera desde el principio hasta la mitad de la misma. El otro Ferrari, el pilotado por Kimi Raikkonen, reventó su motor y acabó en llamas. Otra imagen para el recuerdo.

 

Así las cosas, Rosberg tomó el mando y ni tan siquiera sintió la presión de Lewis Hamilton. El actual campeón del mundo pagó durante toda la carrera su mala salida y perdió demasiado terreno como para optar a la victoria. Sebastian Vettel completó el podio.

 

En cuanto a Carlos Sainz, hay que decir que su posición final en la carrera –noveno- no refleja el potencial actual de su monoplaza. Sin embargo, en Toro Rosso no anduvieron muy atinados en términos estratégicos y pasó factura a sus dos pilotos. Max Verstappen finalizó décimo dando un espectáculo lamentable a través de la radio pidiendo que le dejaran pasar a Sainz una y otra vez.

 

Parece que va a ser “divertida” la temporada en el garaje de Toro Rosso. Verstappen tiene muchos apoyos en el paddock y se sirve de ellos para presionar al piloto madrileño que, no lo olvidemos, no deja de ser su gran rival.