El Gran Premio de Austria quedará en la retina de los aficionados a la Fórmula 1, sobre todo por la intensidad vivida en las últimas vueltas. Lewis Hamilton se hizo con la victoria en el Red Bull Ring después de adelantar a Nico Rosberg en el último giro y ahora se coloca a tan solo nueve puntos del piloto alemán en la lucha por el campeonato.
El actual campeón del mundo defendía con su Mercedes la pole position en la salida. Esta vez no hubo fallos en el embrague y Hamilton paso la primera curva encabezando el grupo. Por detrás, un sorprendente Jenson Button marchaba en segunda posición conteniendo a coches bastante más rápidos. Kimi Raikkonen, Max Verstappen y Nico Rosberg adelantaron al británico de Mclaren, que poco a poco se fue diluyendo, aunque al menos pudo finalizar en la zona de puntos.
Quien no logró puntuar fue Sebastian Vettel. El alemán de Ferrari arriesgó sin cambiar los neumáticos y, pasadas veinticinco vueltas montando las gomas más blandas, éstas dijeron basta y una de ellas explotó, acabando con las opciones de Vettel tanto en el Gran Premio como en el mundial.
La carrera estuvo siempre bastante viva y resultó emocionante, más aún si la comparamos con el tedio que vivimos en el Gran Premio de Europa en Bakú. En las últimas vueltas, un Hamilton desatado perseguía a Nico Rosberg que, gracias a la estrategia de Mercedes, había conseguido remontar hasta la primera posición.
En el penúltimo paso por meta, Hamilton pasó a medio segundo del germano, y a la primera oportunidad que tuvo le tiró el coche. Fue en una fuerte frenada después de una larga recta en la que el DRS cumple perfectamente su labor. Rosberg no se amilanó, pero en su defensa se pasó de frenada, tocó el monoplaza de Hamilton y destrozó su alerón delantero. Resultado: victoria del piloto inglés y cuarto puesto para Rosberg, con sanción de 10 segundos incluida.
La lucha por la segunda posición también fue preciosa para los espectadores. Max Verstappen culminó su gran carrera a los mandos del Red Bull y aguantó el segundo puesto ante un inspirado Kimi Raikkonen que completó el podio y salvó los muebles de la Scuderia italiana.
Carrerón de Sainz
En cuanto a los pilotos españoles, Sainz y Alonso fueron la cara y la cruz. Carlos Sainz protagonizó una actuación brillante remontando desde la decimoquinta a la octava posición, con el motor de su Toro Rosso muy mermado y un tanto frenado por la debilidad de la suspensión. El madrileño vuelve a confirmar que este año es un piloto mucho más consistente y está demostrando una regularidad que en la temporada de su debut no tenía.
Fernando Alonso, por su parte, se mostró muy decepcionado y resignado por todo lo acontecido en el fin de semana austriaco. Para empezar, su equipo le impidió disputar el día de antes una sesión de clasificación que dadas las condiciones delicadas de la pista se le adaptaban perfectamente. Se equivocaron con la elección de los neumáticos y el asturiano tuvo que salir a la carrera en decimocuarto lugar. Durante la misma, volvió a demostrar su calidad e incluso llegó a entrar en zona de puntos, pero el motor de su Mclaren de nuevo falló. El resultado de la carrera en Austria fue negativo de nuevo y se consumó otra decepción para uno de los grandes de la historia de este deporte.