En las próximas dos semanas el “circo” de la Fórmula 1 se desplaza a territorio aún por conquistar, el centro y el norte de América. A pesar del crecimiento observado en los últimos años, el deporte rey del automovilismo a nivel mundial no termina de “enganchar” al aficionado norteamericano más acostumbrado a otro tipo de competiciones de motor.
La primera de las carreras se disputará en Austin (Texas) sobre el nuevo trazado inaugurado en 2011 y que vivió su primera carrera de F1 en 2012 con la victoria de Lewis Hamilton. Precisamente el piloto inglés de Mercedes, tiene la primera oportunidad de hacerse con el campeonato del mundo en el trazado tejano, si consigue sacar nueve puntos a Sebastian Vettel (Ferrari).
El circuito es muy del gusto de los pilotos y así lo han hecho saber en las declaraciones previas a los primeros entrenamientos que tendrán lugar el viernes a las 17:00 (hora española). Con una longitud de 5,513 km, los monoplazas tendrán que dar 56 vueltas al trazado que cuenta con un total de 20 curvas, de muy variadas características, y que obligará a los ingenieros a encontrar el equilibrio perfecto para encontrar un gran rendimiento.
Para esta gira americana, que continuará la semana siguiente con el GP de México, está previsto que se introduzcan importantes novedades de carácter técnico por parte de los equipos. A nivel de motor, Renault introducirá hasta once modificaciones que aún no se sabe si las incorporarán a Red Bull y Toro Rosso, o solo a una de las dos escuderias. Mclaren, por su parte, llevará una nueva modificación del motor Honda, que ya probaron en la sesión de entrenamientos libres del anterior Gran Premio celebrado en Rusia. “Vamos a trabajar al máximo para lograr más progreso”, indicó Fernando Alonso en declaraciones previas al GP, tras una anterior carrera en la que se empezó a ver cierta consistencia del equipo, aunque lejos de donde quieren estar.
El tema de los motores es algo que ha sido noticia durante estos días entre grandes premios, pues la FIA confirmó que se rebajarán las exigencias para las modificaciones futuras y así, propiciar las evoluciones en el aspecto de la propulsión por parte de las marcas.