¡Qué largo se hace el invierno para los aficionados a la Fórmula 1! Son, sin duda, los meses más fríos del año los que más lento pasan para los aficionados a las carreras de los monoplazas más rápidos del planeta. Y todavía se hace aún más largo este periodo si se tiene en cuenta que de diciembre a marzo todo lo que rodea el mundo de la F1 son sólo cábalas, rumores, datos, etc.
En definitiva, nada es real hasta que los motores se encienden y los monoplazas empiezan a devorar los metros del trazado de Melbourne. Nadie ha sido campeón durante una pre-temporada y, por lo tanto, es a partir del domingo cuando de verdad se deban poner todas las cartas encima de la mesa.
El trazado semi-urbano australiano volverá a ser el lugar desde el que arranque una nueva temporada de Fórmula 1. Se ha convertido en una tradición en los últimos años iniciar la campaña bajo el calor oceánico de estas alturas del año y parece contar con el agrado del gran circo.
Centrándonos en el plano plenamente deportivo, todas las apuestas dan como claro favorito a un equipo, y a un piloto en concreto, para llevarse el título. Lewis Hamilton, vigente campeón del mundo, podría conseguir su cuarto campeonato si la temporada transcurre como indican los pronósticos, y su Mercedes es tan rápido y consistente como lo parece haber sido en los test previos.
En base a lo visto en esos test de pretemporada que se celebraron en el Circuito de Catalunya, Mercedes parece ir muy sobrado en rendimiento en comparación con el resto de rivales. Sin embargo, éstos no pierden la esperanza y, por ejemplo, desde la escudería Ferrari se atreven a desafiar a las balas plateadas en sus inminentes duelos.
Pero la lista de aspirantes no se queda estancada en la escuadra de Il Cavallino Rampante. Equipos como Williams o Red Bull podrían estar cerca y pelear de tú a tú por los podios y, quién sabe, por alguna victoria.
La zona media de la clasificación también estará tremendamente competida, como suele ser habitual. En esa zona aspira establecerse y consolidarse Carlos Sainz con su Toro Rosso. Este año no sufrirá los problemas desesperantes del año pasado con el motor Renault, ya que su monoplaza está impulsado con un propulsor Ferrari. Es el año en el que debe dar el golpe definitivo sobre la mesa ya que las oportunidades en la Fórmula 1 son muy escasas y no se pueden desaprovechar.
No sabremos hasta qué punto podrán rendir las dos principales novedades de la temporada: Haas F1 y Renault. La primera, acaba de desembarcar en el gran circo, con capital americano y motor Ferrari, ha dado buenas sensaciones durante la pretemporada. En el caso de Renault, estamos ante un regreso a medias, ya que en realidad nunca llegaron a irse. Con sus flamantes colores amarillos esperan cosechar una gran cantidad de puntos.
Mclaren-Honda, mar de dudas
Y en toda esta marea de predicciones se encuentra Mclaren-Honda. Los de Woking insisten en que han mejorado su unidad de potencia –cosa que no resulta muy complicada- con respecto a la del año pasado. El chasis, indican, podría ser de los mejores de la parrilla en pocas carreras, pero todo lo que envuelve a la histórica escudería es una incógnita con mayúsculas. Fernando Alonso necesita una mejoría clara de rendimiento y confiar en que, de forma real, pueda pelear por el campeonato del mundo el próximo año.
Con todo estos ingredientes, quienes no tengan miedo a trasnochar no deberían perderse la primera carrera de un campeonato del que se espera, sea más emocionante que el del pasado año.