Desde los asalariados, que solo en Madrid y Barcelona pueden ser más de 6.000 profesionales, casi un 10% del sector, sienten la falta de organizaciones para defender sus derechos. “En el taxi hay tres tipos de taxistas. Está el empresario, que forma sus propias asociaciones, el autónomo, que también crea sus propias asociaciones, y el asalariado, que intenta organizarse en asociaciones o sindicatos independientes o en los clásicos”, nos aclaran desde la CNT. “Esa es la gran diferencia, aquí cada tipo de taxista hace su propia asociación. No hay unanimidad y al final cada uno lucha por sus intereses”.
Si bien es cierto que hay asociaciones del sector que sí invitan a afiliarse a los asalariados, no es lo habitual. “Lo normal es que en las asociaciones del taxi solo puedan entrar autónomos”, lo que dificulta en muchas ocasiones que los trabajadores del taxi conozcan todo lo que sucede en el sector.
Desde hace un par de años, en Madrid, existe la Unión de Conductores Asalariados del Taxi, UCAT, una organización desde la que quieren canalizar cualquier tipo de denuncia sobre el convenio o las malas prácticas empresariales. “Nuestra lucha no es solo contra el mal empresario, también contra el asalariado cómplice”, nos aseguran. En su opinión, hay muchas situaciones irregulares que no se denuncian porque los asalariados prefieren “callar y cobrar”.
A pesar de las dificultades a las que se enfrentan, desde UCAT también pretenden mejorar el convenio actual, “estamos luchando por algo que nos afecta a todos”, y, como decíamos anteriormente, ya han presentado unas 3.500 denuncias ante la justicia en este sentido.
Porque ellos, al igual que en Barcelona, también han intentado sentarse a la mesa a negociar el convenio con el mismo resultado, cero. “El convenio va ligado a la ley sindical española y hay que cumplir con unas condiciones que son muy complicadas de conseguir en nuestro sector. Necesitamos tener delegados sindicales, algo que es muy difícil”, nos apuntan.
En su caso, lo que pretenden con estas denuncias es que la comisión negociadora vuelva a reunirse. “Estamos ahora en ese proceso”, nos aseguran, y nos adelantan algunos aspectos importantes de ese nuevo convenio. “Exigimos un salario fijo más la comisión del total de la recaudación. Actualmente es un 45% de la recaudación. De esta manera buscamos una solución que sea factible, porque queremos que al titular de la licencia le siga saliendo rentable tener un trabajador, pero acabar al mismo tiempo con el fraude”. La clave está, nos aclaran, en que cobrarían lo mismo pero de forma regularizada, en la nómina.
“Ahora con la pandemia y los ERTE esta situación irregular se ha notado mucho”, puntualizan. En su opinión, quienes tienen trabajadores a su cargo deberían tener en cuenta la rentabilidad de su negocio sin cometer ningún fraude. “Esto es sencillo, si no es rentable tu negocio, no contrates trabajadores y despide al que tienes. Pero muchos no quieren despedir porque no quieren pagar la indemnización”, critican.
Aunque no puedan negociar el convenio, nos cuentan desde UCAT que se han reunido con el Ayuntamiento de Madrid “para que obligue al titular de la licencia a trabajar mínimo ocho horas”. Actualmente, aseguran, hay 1.285 titulares de una licencia del taxi sin la cartilla que les permitiría explotar su licencia, y muchos de ellos poseen más de una.
“El Ayuntamiento podría obligarles a vender sus licencias en un plazo de un año si no la explotan ellos mismo, y si no se retiran, venderlas por 30.000 euros a asalariados que queramos adquirirlas”. El sector se profesionalizaría, aseguran, dándole una oportunidad a una persona que sí esté interesada en trabajar la licencia. Además, por es precio, se amortizaría la licencia en 3 o 4 años, “lo que supondría que quien coge esa licencia ni está agobiado él ni el asalariado, en caso de tenerlo”.