El día de ayer fue histórico en lo que a la circulación de vehículos diesel en la ciudad se refiere, puesto que Oslo prohibió por primera vez la circulación de estos coches con el objetivo de contener un gran pico de contaminación del aire.
La prohibición causó un importante revuelo entre los conductores noruegos, aunque los grandes ejes nacionales que atraviesan la capital no fueron cortados al tráfico para los vehículos diesel. Los usuarios de estos automóviles recordaron que hace ahora más de diez años, desde la administración noruega se instaba a adquirir vehículos diesel puesto que se suponía que eran menos contaminantes que los propulsados por gasolina.
Esta limitación a los coches diesel se mantendrá hasta mañana jueves, y aquellos que no cumplan la orden podrán ser sancionados con 1.500 coronas, unos 166 euros al cambio.
Es una medida histórica pues es la primera vez que se pone en marcha una iniciativa de este tipo, la cual fue aprobada en febrero del año pasado para las situaciones de una fuerte contaminación del aire.