Desde el siglo XVIII, que data el origen de lo que se conoce como anglicismo, hasta que se escribe el primer tratado a mediados del siglo pasado, no hemos hecho sino ir conociendo y reconociendo formas de interactuar, y a la vez copiando lo bueno y lo malo de otro tipo de culturas para nuestra desgracia, mal que nos pese. De los últimos y más peligrosos “startups”, que irrumpen con la fuerza que todos conocemos.
En las últimas semanas escuchamos términos tales como, aplicaciones disruptivas, y fenómenos nuevos como las antes citadas, y todo esto bajo el batiburrillo del sector que cada día quema más y más sus últimas naves en pos de buscar un futuro tan incierto como el de otros muchos.
Sin duda y muy sorprendente, a finales del año pasado, se filtra un documento del BBVA, en el que su propio presidente, Francisco González, ya alerta del peligro de que Google, Apple y Amazon, grandes multinacionales como sabéis, empiecen a operar como bancos en Europa. Este informe desarrollado por la Consultora mundialmente reconocida como es PWC, describe la estrategia de Google y sus compañeros de viaje, en la captación de clientes con productos iguales a de las entidades bancarias. Los bancos también deben de estar muy preocupados, ya que el informe desarrolla que en el plazo de 2 o 3 años, estaremos viendo tarjetas de crédito y débito operadas por el gigante de las comunicaciones.
Volviendo a lo que nos preocupa, no dejo de preguntarme ¿Por qué seguimos igual que hace años? ¿Por qué no avanzamos juntos? ¿Estas luchas de poder terminaran algún día?
Sabéis compañer@s que en nuestro sector existen esas luchas o esos intereses, llámense; Juntas Directivas, Consejos Rectores, Sociedades Cooperativas, Compañías de Seguros, Talleres, Casas de Repuestos, Gestorías y un sinfín de cientos o miles de personas viviendo alrededor nuestro, y que por no dar su brazo a torcer en alguna que otra ocasión, nos vemos abocados a tan desastroso final, por no mencionar los últimos escándalos a nivel nacional de las subvenciones recibidas por alguna entidad, que ha llegado a costar el puesto a más de uno y más de dos. Y no quiero dejarme olvidado a las administraciones competentes, que casualmente siempre van legislando en nuestra contra, aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza, su disculpa es sencilla, “Aplicación de Directivas Europeas”, que bonita manera de limpiarse las manos, y dejar la pelota siempre en nuestro tejado, y una vez más a la intemperie.
Sus guerras nos perjudican a tod@s nosotros, sus afanes de poder también, ¿Hasta cuándo seremos capaces de aguantar su incapacidad, y su codicia? ¿Nos tocará ver el final de un servicio centenario como es éste? ¿Sufriremos tan duramente una caída, mientras ellos se mofan en sus sillones?
Ojalá el sentido común se recobre, más bien pronto que tarde, porque creo sinceramente que poco tiempo nos queda, y sería muy preocupante terminar de esta manera por culpa de quienes no hicieron su trabajo a tiempo, bien por intereses políticos, bien por propia incapacidad, o simplemente por falta de sentido común. En fin TODO UN SIN SENTIDO.