El tetracampeón del mundo Sebastian Vettel arrasó en uno de los grandes premios más espectaculares del año. Sobre el trazado de Marina Bay en Singapur, se vio al mejor Vettel que se recordaba de sus años en Red Bull y se hizo con la victoria arrasando de principio a fin. Es la tercera victoria de Ferrari en lo que va de año, lo que demuestra su mejoría con respecto a la temporada pasada.
En los entrenamientos libres ya se apreciaba que los Mercedes no eran los monoplazas eminentemente superiores que acostumbran a ser en estos últimos años. Y esos presagios se cumplieron en la sesión de clasificación. Lo que parecía un juego de cartas donde tanto Hamilton como Rosberg habían escondido su buena mano, se convirtió en una mala tanda de verdad.
Vettel se hizo con la pole por delante de los dos pilotos de Red Bull, mientras que el líder del Mundial, Lewis Hamilton, sólo pudo clasificarse en quinto lugar. Nico Rosberg salía justo detrás de él en lo que fue la peor clasificación de los coches de Mercedes esta temporada.
La razón de este bajo rendimiento es difícil de entender. Tal vez se deba al leve cambio que han introducido en la especificación del motor para este gran premio, pero esa teoría no encuentra fundamento cuando uno aprecia el rendimiento del resto de monoplazas de la parrilla que van equipados con motores Mercedes. Habrá que esperar al próximo gran premio que se celebra en Japón para ver si el problema va a más.
Por lo que respecta a la carrera, no hubo prácticamente lucha por la victoria. Sólo se pudo ver algo de pelea cuando Massa y Hulkenberg se estrellaron en la primera curva y éste último acabo estampando su Force India contra las protecciones. En ese momento se juntaron todos detrás del Safety Car y parecía que había algo de lucha, pero los ritmos de carrera estaban bastante claros.
Daniel Ricciardo (Red Bull) se hizo con la segunda posición, consiguiendo el segundo podio de la temporada y Kimi Raikkonen completó el cajón llegando en tercer lugar. Hamilton finalmente completo su desastre particular viéndose obligado a abandonar por problemas técnicos.
En lo que respecta a los pilotos españoles, Fernando Alonso abandonó cuando estaba en posiciones de puntos, y Carlos Sainz logró un meritorio noveno puesto, teniendo en cuenta que tuvo un grave problema en el relanzamiento de la carrera tras el Safety Car que casi le obliga a abandonar pues su Toro Rosso se había quedado en “neutral” y no cambiaba de marchas.