Cada semana, radioemisoras de taxi de toda España se preparan para competir en concursos de entidades públicas a las que poder prestar servicio de transporte. En todas esas licitaciones hay competencia, a veces entre ellas mismas, siendo algo que resulta inevitable. Sin embargo, en los últimos años están sufriendo continuamente las prácticas de compañías intermediadoras que, según denuncian, “revientan los concursos”, abaratando el precio en grandes porcentajes, y privando en muchas ocasiones a las emisoras de poder ser adjudicatarias en primera instancia de esas licitaciones.
Es importante recalcar lo de “en primera instancia”, porque, y aquí es donde entra el enfado de las grandes emisoras de taxi del país, en muchas ocasiones, son los propios taxistas o emisoras más pequeñas las que acaban “salvando el pellejo” de las intermediarias, realizando el traslado de estos concursos a precios más baratos, con menor beneficio para el profesional.
La Asociación Élite Taxi Barcelona señaló hace unas semanas a algunas de estas empresas de intermediación. Se trata de compañías como Visualthink Labs, Onecab Mobility Tool o la más comercial, Movitaxi. Estas sociedades, según la organización de taxistas, “revientan las licitaciones”, quitándole servicios de transporte al taxi cuando en realidad “son compañías de intermediación que apenas tienen una autorización de VTC en su poder”.
Desde Élite Barcelona aseguraron en un comunicado que estaban hartos de este tipo de prácticas, y anunciaron que llevan tiempo investigando a estas sociedades que optan a licitaciones de concursos públicos y de mutuas, quitándoselos al taxi, un sector que se nutre mucho de este tipo de servicios.
“Varias de estas empresas están reventando los concursos presentándose con solo una VTC y utilizando matrículas de autónomos o emisoras de taxi”, denuncia Alberto Álvarez, portavoz de Élite Taxi Barcelona. “Hace tiempo que estamos detrás de esto. Lo hemos puesto en conocimiento de nuestros abogados porque en toda España hay emisoras de taxi a las que les deben mucho dinero, que no son capaces de cobrar la deuda y eso afecta directamente sobre los profesionales del sector”, relata Álvarez.
Con su sede social en Asturias, este grupo de sociedades intermediarias utiliza prácticas que desde el sector califican de “turbias” y se aprovechan de “la pasividad de los organismos licitadores”. Estas prácticas les han permitido “ser adjudicatarios de numerosos concursos públicos donde la calidad del servicio ha brillado por su ausencia”, denuncia la organización de taxistas barcelonesa.
Penalizaciones por incumplimiento de servicio
“Estas empresas se dedican a ganar concursos a base de bajar los precios y luego revender el servicio a cambio de una comisión”, expresa Andrés Veiga, presidente de Radio Teléfono Taxi (RTT), la radioemisora más grande de España, y que también sufre en ocasiones las consecuencias de estas prácticas de intermediación de este tipo de sociedades.
Cuando son conscientes de alguna irregularidad, empresas como RTT impugnan dichos concursos, pero acaban “salvándose” porque recurren a otros taxistas para salir airosos. “Lo que ocurre es que el servicio que prestan es deficitario, y al final los taxistas lo atienden o cuando pueden o cuando quieren. No hay ningún tipo de control. Son intermediarios puros y que, encima, luego no pagan a las compañías de taxi. A algunas les deben auténticas sumas, hablamos de mucho dinero”, explica Veiga, que atiende a nuestro medio para podamos conocer los detalles de estas situaciones.
“Son compañías fantasmas, que no tienen nada, y lo único que hacen es presentarse administrativamente a las licitaciones. Sin ningún taxi en su poder. Una de esas empresas tiene una VTC únicamente”, denuncia el presidente de RTT, que deja claro que desde su radioemisora “no dan servicio a ningún intermediario, porque lo único que hacen es encarecer el servicio y bajar la calidad del mismo de forma exponencial. Además, son empresas deficitarias”.
Y lo son, o al menos lo podrían parecer, porque en muchos casos “no pagan a las emisoras de taxi. Les retrasan los pagos y una vez que les deben seis o siete meses no hay forma de que les corten el servicio”, explica Veiga, que pone el foco en que son los taxistas los que “salvan el pellejo a estas empresas”.
“Si el taxista quisiera, estas prácticas se acababan”
“Lo que denuncian desde Barcelona lo venimos sufriendo desde hace años. Estas empresas son bastantes conocidas por los taxistas”, explica Marcos Rodríguez, responsable de TeleTaxi, la emisora de Federación Profesional el Taxi de Madrid. “Estas compañías ofertan a la baja. En nuestro caso, la política que seguimos es la de no ofertar a la baja porque la tarifa del taxi hay que respetarla. Siempre nos presentamos de esta forma y nos encontramos con que casi siempre se adjudica el contrato al que presenta la oferta más ventajosa. Adjudican un porcentaje más alto al aspecto económico que al aspecto técnico”, afirma el responsable de TeleTaxi.
“Podría darse el caso”, continúa Rodríguez, “que una emisora se presentase con modelos Mercedes de alta gama con conductores que hablen siete idiomas, pero como la oferta contraria es más barata, aunque preste el servicio con vehículos en mal estado y con conductores con el carnet recién aprobado, ganaría ese concurso y resultaría adjudicataria”, indica el responsable de TeleTaxi, que con este ejemplo quiere dejar claro lo que realmente sucede en este tipo de licitaciones.
“Estas empresas se presentan a los concursos sin licencias ni autorizaciones y en cada uno de los lugares en los que gana dicha licitación, revende el servicio”, afirma Rodríguez, quien preguntado sobre si esta práctica es ilegal, indica que lamentablemente no, ya que “como proveedor de servicios tiene la posibilidad de subcontratar. Pero es que estas intermediarias subcontratan a peor precio a emisoras de taxi”, lamenta.
“Desde el punto de vista del taxista esto es absurdo. Si el taxista no prestara servicio a estas empresas, estas sociedades no podrían presentarse a los concursos y sería el sector del taxi el que ganase. Estas empresas intermediarias subsisten porque el taxista quiere que subsistan”, aclara Rodríguez.
Concursos e impugnaciones constantes
En estos momentos se encuentran abiertos importantes concursos para el sector del taxi. Uno de ellos es el del Hospital de La Paz. Según nos relata el representante de TeleTaxi, el centro ha sacado una licitación para el traslado de médicos a domicilios de personas que necesitan tratamiento. El hospital, explica Rodríguez, tiene muy buena relación con el sector y en primer lugar en el concurso puso la condición de que el servicio solamente podía ser prestado por taxis, excluyendo en un principio a las VTC. “¿Quién recurrió ese concurso? Visualthink”, afirma el portavoz de la emisora. “El concurso lo impugna, lo gana y obliga al Hospital a permitir a las VTC a presentarse al concurso”.
“Con esto quiero decir que es el taxista el que está fomentando a este tipo de empresas que impugnan este tipo de concursos que en principio iban destinados en exclusiva al sector”, indica. “Ahora pueden participar y pueden tirar los precios. En la parte técnica es muy difícil que nos ganen, pero sí nos ganan en la económica. Ya lo vimos el año pasado en RTVE”, afirma el responsable de TeleTaxi.
El hilo de este concurso de la radiotelevisión pública, Andrés Veiga, nos explica que este año se lo van a adjudicar a cuatro empresas, y que dada la “mala experiencia” que tuvieron con Cabify, van a introducir el requisito de poder rechazar a anteriores compañías que prestaron un servicio deficitario. “El servicio con Cabify ha sido nefasto”, asegura Veiga, que recalca que desde RTVE han metido la “coletilla” en la licitación de poder eliminar a algunos competidores con los que se ha tenido problemas con anterioridad.
También está pendiente de resolución el concurso del Senado, que se ha vuelto a impugnar. “El Senado no quiere trabajar con ellos. En mayo lo impugnaron desde las VTC ante el Tribunal de Contratación y ahora lo han vuelto a publicar tanto para taxis como para VTC. Lo impugnaron porque puntuaba favorablemente poder circular por el carril bus y poder parar los vehículos en la vía pública”, explica Veiga.
Lo que parece claro es que, ya sean plataformas de VTC o sociedades intermediarias, en la parte técnica el taxi es el que mejor resultado obtiene en la mayoría de las licitaciones, pero el peso de la parte económica provoca que muchos concursos caigan en manos ajenas o en intermediarias. “En la mayoría de concursos la parte económica cuenta el 50%, o en algunos incluso el 70%. No se premia la calidad, se premia el precio”, lamenta Marcos Rodríguez.
“Pongo otro ejemplo: perdimos la licitación del Hospital Gregorio Marañon. La tenemos impugnada en los tribunales porque la concesión se la dieron a Alsa, y en muchas ocasiones hemos sido los taxistas los que hemos prestado el servicio al hospital porque no aparecían”, indica. “Uno de los requisitos de esa licitación era que tuvieran vehículos adaptados. Sabíamos que no tenían y la posibilidad de subcontratarlos es remota porque hay muy pocos. Cuando pedimos las fichas técnicas de sus supuestos coches adaptados, resulta que se trataba de autobuses. Dígame cómo se sube un autobús a la rampa de entrada al hospital”, explica con resignación el representante de la emisora.
A todas estas prácticas, lícitas o ilícitas, se tienen que enfrentar las emisoras de taxi que, sin embargo, donde ponen el foco es en los taxistas que acaban salvando en segunda instancia el prestigio de intermediadoras cuando de primeras podrían trabajar esos servicios a mejor precio. “Si nadie les prestara el servicio no tendrían nada. Las compañías de taxi no deberían plegarse a prestar servicio a intermediarios fantasmas de los concursos. No van a precio de tarifa y revientan las licitaciones. Radio Teléfono no presta servicio a intermediarios”, sentencia Andrés Veiga, que pide a las emisoras del sector que “no caigan en la trampa, porque a muchos les deben muchos meses de facturación y luego se les hace muy cuesta arriba suspenderles el servicio”.
Sin embargo, Veiga, además de al sector, también se dirige a las administraciones públicas, las cuales “deben exigir la relación directa de los taxistas, número de matrícula, licencia y visado de transporte para que se aseguren que el licitador tiene el control sobre la flota y que pidan penalizaciones por falta de servicio”, indica.
“El problema es la participación del taxista en todo esto. La empresa no se inventa que tiene vehículos. Se ponen en contacto con las emisoras y les informan del porcentaje de descuento y se aseguran ganar el concurso”, lamenta Rodríguez. “En alguna ocasión han llegado a perder dinero porque una vez ganado el concurso, el taxista de a pie se niega a hacer traslados por precios tan bajos”, explica. “Son intermediarios y si el taxista no quisiera esto mañana se acababa. Si el taxista no participase, cerraban en dos días”, lamenta.
En este sentido y siguiendo la tónica de sus compañeros de Madrid, desde Élite Barcelona, su portavoz Tito Álvarez lanza un mensaje similar. “No acabo de entender cómo se otorgan estos concursos a empresas que tienen una VTC, y que cuando ven que no pueden prestar el servicio del concurso al que se han presentado, recurren a emisoras de taxis para que cubran esos servicios, no pagándolas, y generando una deuda que afecta directamente al taxista autónomo”.
Buscando si puede haber una reacción en todo esto, Élite Taxi Barcelona anunció que va a enviar cartas a las entidades con concursos que están adjudicando a este tipo de empresas intermediarias. La propia asociación, a través de un comunicado, lamentó públicamente que las emisoras de taxis decidan cubrir las necesidades de estas sociedades a posteriori, cuando tenía que ser la entidad pública que lanza el concurso la que tendría que recurrir al taxi./TAMBIÉN ES NOTICIA
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