“Es inadmisible que las VTC no tengan regulación medioambiental”

Grandes ciudades como Madrid y Barcelona están impulsando nuevas normativas orientadas a que el impacto medioambiental de los vehículos sea cada vez menor. En esas decisiones administrativas se está viendo envuelto directamente el taxi, que claramente se ha convertido en un sector que apuesta por alternativas menos contaminantes.

Miguel Aguado, director de B-Leaf, consultora empresarial especializada en el medioambiente y sostenibilidad, reconoce que el colectivo está haciendo un esfuerzo muy importante en la reconversión hacia una movilidad ecológica, cosa que no ofrece el sector de las VTC.

Gaceta del Taxi.-Una de las cosas en las que más hincapiéé hace es en que, aunque nos parezca al contrario, hoy en día hay un porcentaje bastante alto de la población que está condicionado por el medioambiente, ¿de verdad es así?

Miguel Aguado.- Existe un 0,5% de la población que todo lo que rodea a su conducta se condiciona en torno a las cuestiones medioambientales. Por ejemplo, tengo una amiga que no utiliza el avión en absoluto, y si tiene que viajar, sea donde sea, siempre viaja en tren por las emisiones de C02. Ella pertenece a ese 0,5%, una parte de población que incluso su intención de voto depende del aspecto medioambiental.

Sin embargo, tenemos también un dato muy bueno y es que ocho de cada diez personas reciclan algo. Existe conciencia y mi mensaje siempre va en que si te esfuerzas por reciclar algo, ya formas parte de ese 80%. Lo que quiere decir esto es que solo un 20% de la población no hace nada por reciclar aún teniendo información, simplemente porque consideran que no va con ellos.

G.T.- Si la mayoría de la población está concienciada en que el cambio climático existe, ¿cuál es el siguiente paso que se debe dar?

M.A.- Todavía falta un reto y es que la conciencia se transforme en acción. Hemos pasado de conocer que el cambio climático derrite los hielos y afecta al pobre oso polar, a que también nos va a afectar a nosotros o ya nos está afectando. Objetivamente desde el punto de vista científico, estos tres últimos años de calor no son una evidencia, pero ya estamos percibiéndolo. Necesitamos que el cambio climático no sea una cosa de pijos. Todos debemos colaborar y tirar del carro. Nos falta ese tránsito, pero hemos tenido cambios mucho más drásticos.

G.T.- La movilidad en las grandes ciudades está cambiando mucho en relativamente poco tiempo, ¿creé que el ritmo de cambio es el adecuado o se está yendo demasiado lento?

M.A.- El mercado está yendo casi más rápido que las administraciones en cuanto a movilidad. Un ejemplo tonto es el patinete que se ha implantado en las ciudades. Se ha implantado sin que haya una normativa porque hace seis meses nadie se habría imaginado que se iba a llenar la ciudad de patinetes para trasladarse. Esto es bueno porque obliga a las administraciones a ir más deprisa. Tenemos muchas modalidades de transporte público y la tendencia está dirigida a la utilización del vehículo y no tanto a la compra del mismo. La administración tiene muchas obligaciones de asegurar una nueva movilidad pero va más lenta. En los últimos años se están viendo buenas tendencias y un ejemplo de esto es que las dos grandes urbes de nuestro país como son Madrid y Barcelona, están teniendo una reducción considerable de sus contaminantes y así se ha considerado en la Unión Europea. Se han empezado a hacer bien los deberes en las dos grandes urbes, pero aún queda mucho.

G.T.- Precisamente como alternativa al coche privado está el taxi, y en Madrid desde enero de 2018 el profesional o se decanta por un coche eco o cero emisiones o no puede adquirir un vehículo para prestar servicio. ¿Ha tenido contacto con los taxistas con respecto al cambio climático? ¿Cuáles han sido sus sensaciones con este tema?

M.A.- Por una parte, la norma les obliga, por lo que hay quien está de acuerdo o no, pero creo que son conscientes de la contaminación porque la sufren directamente y hay una conciencia importante. La gente se está dando cuenta de que todos tenemos que aportar algo. Hay algunas quejas en cuanto al número de vehículos que están homologados, pero creo que son ajustes de mercado y legislativos. Una buena parte del sector del taxi está concienciada, porque es evidente que hay un cambio y eso lo sienten al estar en la calle ya que probablemente sean de los que más se traguen la contaminación. Noto una receptividad a los temas medioambientales muy alta en los taxistas y si se quejan es por la forma en la que quieren formar parte de esa movilidad menos contaminante, no porque no quieran estar en ella.

G.T.-¿Qué le parece, por lo tanto, que el taxi sí esté obligado a comprometerse con una movilidad más respetuosa y otro sector como el de las VTC no tenga ninguna regulación local que les limite en ese aspecto?

M.A.- Es inadmisible que no tengan regulación medioambiental. Ellos demandan entrar en igualdad de condiciones, pues igualdad de condiciones es absolutamente para todo, ya sea a nivel tributario, respeto medioambiental y también en las horas máximas de trabajo. Hablamos en ese último punto incluso de un problema de seguridad vial. No tienen regulación, hay conductores que pueden compatibilizar una VTC con otra, por lo que no quisiera ser yo el usuario de un coche cuyo conductor está en las últimas horas de un segundo turno. Cualquier modalidad de transporte, teniendo claro que el taxi es transporte público, tiene que tener al menos los mismos criterios. Además, a los taxistas, el hecho de comprar vehículos eco les otorgar una desventaja competitiva porque a día de hoy son más caros.