VTCs y taxis son servicios “complementarios” siempre y cuando se realicen desde la competencia legal. Así lo ve el secretario general de UPTA, Sebastián Reyna, quien defiende, además, la negociación con las empresas de economía colaborativa para llegar a un entendimiento que ayude a ordenar estas nuevas actividades económicas.
Gaceta del Taxi.- Con la vuelta de Uber, ahora con VTCs, se ha vuelto a reabrir el debate sobre la economía colaborativa y su ordenación dentro del marco normativo español. ¿Cuál es la posición de UPTA al respecto?
Sebastián Reyna.- Partimos de la base de que si el modelo económico cumple con la legalidad, con los impuestos y con la cotización a la Seguridad Social son modelos compatibles. Si una persona que tiene una VTC paga sus impuestos y otro taxista también, están en competencia leal. La competencia equilibrada es compatible.
Y en este caso, entendemos que UberX está en ese modelo de competencia legal en el que se cumplen con todos los requisitos que marca la ley para desarrollar esta actividad económica. Son dos modelos que creemos que pueden ser complementarios siempre y cuando, insisto, se cumpla con la normativa.
Sabemos que ha habido una etapa en la que Uber ofrecía servicios a nivel particular en la que siempre nos hemos mostrado en contra de esta modalidad y en la medida que Uber será solo plataforma conductores profesionales que están dados de alta entendemos que es un modelo razonable y legal
G.T.- ¿Creen que es necesario llevar algún cambio desde un punto de vista normativo que contemple este tipo de actividad económica?
S.R.- No estamos de acuerdo con ello. Toda actividad económica y toda actividad profesional que tiene un soporte económico, un pago por el servicio, tiene que ser actividad profesional. Entendemos que los particulares pueden compartir y realizar actividad de colaboración, pero si hay pago de servicios solo puede con una actividad profesional en regla.
G.T.- La economía colaborativa es un fenómeno que afecta a todos los sectores. ¿Puede hacerse algo para frenarla?
S.R.- Evidentemente es un fenómeno que se da en todos los sectores. Pero tenemos clara nuestra posición y debatimos con las empresas de economía colaborativa. Partimos de la base de que es importante definir la línea divisoria entre el consumo colaborativo y la economía colaborativa. Entendemos que el consumo colaborativo se da entre particulares y no tiene nada que ver con la economía. Nadie va a ponerse en contra. Pero si hay un interés económico de por medio y eso conlleva autorizaciones y obligaciones que deben cumplirse. Hay que establecer claramente dónde.
Por ello lo importante es la negociación. No basta con oponerse por oponerse a las cosas. Hay que sentarse a negociar y ver cómo se ordena esto y nosotros estamos dispuestos a sentarnos para negociar la ordenación. Es más, ya lo hemos hecho con quienes quieren actuar desde la legalidad y esto vale para el taxi pero para cualquier otro sector.
G.T.- Ha mencionado que se oponían al modelo de falso consumo colaborativo con el que, hace dos años, Uber empezó a operar en España. ¿Qué ha cambiado ahora?
S.R.- Hemos estado en contra ese modelo en la medida en que la ley no lo contemplaba. Hemos defendido que esto no se podía realizar, pero no solo por Uber sino por cualquier otra empresa u operador, y creemos que el hecho de que Uber acepte esta fórmula de intermediación solo con conductores profesionales es un éxito de las movilizaciones de todos, no solo nuestras, también del taxi y VTCs que nos hemos movilizad. Uber ha tenido que reconocer y dar marcha atrás para acceder con otro modelo.
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