El uso de las paradas de taxi en el aeropuerto de Sevilla lleva más de quince años provocando tensión entre los propios profesionales y nadie parece lo suficientemente preocupado en la administración como para ponerle fin.
Taxistas con los que ha podido contactar La Gaceta del Taxi, y que en su mayoría han preferido que no aparezca su nombre por temor a represalias, apuntan hacia un reducido grupo de personas, compañeros de profesión, como las responsables de una serie de sabotajes y pinchazos sobre los vehículos de los demás profesionales. Según los taxistas preguntados, este grupo de compañeros sólo permite trabajar a quienes, bajo el disfraz de una cuota de asociación, efectúan el pago de un dinero periódico para poder operar en el aeropuerto.
“El Ayuntamiento nunca ha debido permitir esta situación porque un taxi de Sevilla debe tener libertad para trabajar en cualquier parada”, explica Juan Martín Caparrós, quién fundó una asociación en el año 2005, Foro Taxi Libre, para intentar acabar con los ataques que reciben algunos de sus compañeros.
“Hay señores que han monopolizado el servicio de taxi en el aeropuerto y piden cobertura ante los coches concertados porque su trabajo lo consideren intrusismo”, explica Martín Caparros. “El intrusismo que entienden estos señores -mantiene el representante de Foro Taxi Libre- está basado en que hacen lo que les da la gana y los demás sí que debenatenerse a la ley”.
Origen de la polémica
Para conocer los orígenes de este asunto hay que remontarse al 18 de mayo del 2000, fecha en la que el Instituto del Taxi de Sevilla, dirigido en aquel entonces por Juan Carlos Cabrera -quién hoy es concejal de Movilidad- tomó la iniciativa, en base a la potestad que le otorgaba la Ordenanza Municipal del Taxi sevillano, de establecer un sistema de turnos entre los taxistas de la capital andaluza para prestar servicio en el aeropuerto. De esta forma únicamente podrían acudir a esas paradas del aeropuerto los taxis que habían descansado el día anterior. El régimen de descanso quedaría dividido en cuatro letras: A, B, C y D; reflejadas en las matriculas de los taxis. Así, por ejemplo, el turno que por finalización de una de esas cuatro letras hubiera descansado un lunes, estaría en derecho de acudir a trabajar al aeropuerto el martes.
Sin embargo, esta decisión fue recurrida ante la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por un grupo de taxistas que se negaban a aceptar ese sistema de turnos en el aeropuerto de San Pablo. Alrededor de unos 140 taxistas recurrieron esta decisión con la principal alegación de que el aeropuerto de Sevilla no entraba dentro de las competencias del Ayuntamiento y, por lo tanto, los turnos que se querían imponer no estaban ajustados a derecho.
Frente a este recurso, el Tribunal entendió que el aeropuerto sí que era competencia expresa del Ayuntamiento, tal y como quedaba reflejado en la ordenanza del taxi, aunque se encuentre fuera del casco urbano. Por ello quedó desestimadoel recurso presentado por este grupo de taxistas en sentencia el 5 de septiembre de 2002, reforzando la capacidad del gobierno local, y el TSJA dictaminó que con la petición de ejecución de la sentencia, esos turnos deberían haberse puesto en funcionamiento.
Miedo a trabajar en el aeropuerto
Desde esa fecha, y visto que desde el Ayuntamiento, no se ha hecho a lo largo de estos años ademán alguno de ejecutar esta sentencia, los episodios de sabotajes, pinchazos y lanzamientos de huevos sobre los vehículos de algunos taxistas que intentaban prestar servicio en San Pablo se han repetido periódicamente. “No hay quien meta mano porque tienen acobardados a los políticos”, afirma untaxista en referencia a los presuntos saboteadores, también taxistas. Después de más de quince años, lo cierto es que las distintas administraciones que se han ocupado del taxi –con independencia del color del partido político- han mantenido todo este tiempo en un cajón cerrado la sentencia del TSJA.
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